ETA convierte: a la militancia del PP en su objetivo para romper la firmeza del Gobierno
El secuestro y cruel ultimátum que pende sobre la vida del joven concejal del PP Miguel Ángel Blanco Garrido es considerado en medios del entorno de ETA, como una respuesta de la banda terrorista a la política de firmeza y reafirmación policial del Ministerio del Interior. La nueva línea de actuación de la banda terrorista tendrá como objetivo prioritario al partido del Gobierno, sea cual sea el grado de cualificación de sus militantes.
En esta línea, el PP vasco adoptaba ayer mismo nuevas medidas de protección y seguridad para sus representantes públicos con el objeto de garantizar una mayor eficacia de las que ya están implantadas y de ampliarlas a cargos que hasta ahora carecían de ellas. En los últimos meses se habían multiplicado desde la izquierda radical las acusaciones a la política "inmovilista" del Gobierno, cerrado a intentar cualquier tipo de contacto con la organización terrorista. En este contexto, la liberación del funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara por la Guardia Civil ha supuesto además de un fracaso político y polícial para ETA el reforzamiento de la política de firmeza y del protagonismo policial que el ministro del Interior ha defendido contra vienito y marea. Este golpe inesperado para la banda le ha llevado a plantear como respuesta una situación de confrontación total, que augura, según medios, del ámbito abertzale, una dura ofensiva terrorista en la que el PP se ha convertido en el objetivo prioritario. Los dos portavoces de ETA que aparecían en la entrevista publicad a el pasado domingo por él diario Egin ya subrayaban esta situación inmovilista que ha mantenido Interior desde que llegó al Gobierno él PP.Los portavoces etarras afirmaban que "el Gobierno español está mostrando, al me nos en sus pronunciamientos, una actitud más cerrada que nunca", y que ha tenido desde entonces bastante desconcertadas, y política mente aisladas, a las organizaciones del MLNV. En medios próximos a la izquierda radical se sostiene que la reafirmación de la vía policial frente a la negociadora que ha supuesto el, éxito policial de Mondragón, el mayor de los últimos años, ha provocado que ETA haya tenido que dar la "vuelta de tuerca" que supondría este tipo de atentados indiscriminados contra militantes del PP. "ETA trata de crear la suficiente presión como para que sean los militantes del PP los que pidan internamente a sus dirigentes que muevan ficha; que pida dentro de su partido una tregua en la escalada policial en la que se metieron inicialmente y qué se ha reafirmado con los meses", se asegura en el entorno de la banda.
La presión directa del terrorismo sobre los militantes de base de los partidos tiene precedentes durante los distintos momentos de debilidad que han atravesado otras facciones de ETA. En sus últimos coletazos, ETA político-militar trató de provocar la atención y crear la necesidad negociadora secuestrando y asesinando, entre otros, a militantes de UCD, como Juan de Dios Doval, y los Comandos Autónomos asesinaron al senador socialista Enrique Casas en un desesperado final en el que apenas contaban con comandos.
ETA militar ha pretendido actuar de distinta manera, pero su progresivo debilitamiento le está obligando a reproducir los, comportamientos de las siglas que le precedieron. Los atentados contra los dirigentes del PP como Gregorio Ordóñez y el presidente, José María Aznar, significaron hace dos años la puesta en marcha de su nueva línea de actuación, consistente en atentados muy selectivos y destinados a la desestabilización. Ahora parece acusar el efecto de las sucesivas detenciones policiales que ha sufrido este año. En medios abertzales se dice que ha sido la política de sistemática negativa del PP, y no la de ETA, la que ha creado una situación de constante enfrentamiento que ha derivado en la actual ofensiva terrorista iniciada con el cruel secuestro del concejal de Ermua.
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