La ONCE retira a Alex Zülle
El suizo fue operado ayer de otra rotura en su clavícula maltrecha
Alex Zülle no se decidía. Todos los días, la misma cantinela por la mañana. "Me duele mucho la clavícula, no sé si seguir o retirarne". La misma por la tarde, después de quedarse cortado por enésima vez. "Me duele mucho el hombro. He tenido que frenar fuerte, no sé, no sé". Finalmente, el indeciso no tuvo que decir blanco o negro. La noche del lunes, Manolo Saiz y Pablo Antón, director y manager de la ONCE, tomaron la decisión: Zúlle no tomaría la salida de la quinta etapa.Ayer por la mañana viajó a Barcelona en compañía del médico del equipo, Nicolás Terrados, para visitar al cirujano que le operó el 24 de junio de una rotura de clavícula. El doctor Villarrubias volvió a operarle ayer de una fractura en la clavícula que se rompió hace tres semanas en la Vuelta a Suiza. Zülle ha perdido el desafío a las leyes del Tour. Nadie que llega mal a la ronda francesa puede mejorar durante la carrera. "Llevaba cuatro días que apenas dormía", dice Iñigo Cuesta, su compañero de habitación. "Creo que ha hecho- bien dejándolo, es más importante la salud que la carrera", decía el corredor del ONCE.
"No podíamos dejar que el Tour se convirtiera en una tortura psicológica para Alex", dice Saiz. "Y encima, el llano que no se acaba. Si los Pirineos comenzaran hoy, no se habría retirado". El Tour ha sido una tortura para Zülle desde la primera etapa, después de su magnífico prólogo. En la caída masiva del domingo, el suizo tuvo que caerse sobre el hombro malo. Ese día volvieron los dolores, las malas noches y el miedo a caerse. "También fue mala suerte", dice Saiz, "que tuviera que caerse el primer día". Se le inflamó el hombro y tuvo que recurrir a antiinflamatorios. Y la debilidad psicológica, el miedo a caerse, hizo el resto.
"Cuando adelantaba al pelotón", cuenta Hennie Kuiper, el ex director del Motorola, "siempre me fijaba en que delante de Zülle había un metro o dos libres, parecía tener miedo a coger una rueda". A pesar de que el lunes, un día que no hubo caídas, Zülle se dejó ver atacando, el martes volvieron los males. Hubo otra caída en los últimos kilómetros. Zülle tuvo que frenar bruscamente, y el hombro izquierdo volvió a resentirse. De resultas, quedó cortado y perdió otro minuto y medio.
En mal estado
El suizo confesó estar mal físicamente y que por eso le pillaban los cortes. "Si estuviera bien, estaría bien colocado". Tampoco le acompañó mucho la suerte. La etapa del miércoles la corrió casi todo el tiempo por delante, pero justo en el momento en que bajó hacia atrás se produjo otro corte por caída. Medio minuto más. Poco le ayudaba, además, el equipo de corte escalador que le acompaña, una elección forzada por las "circustancias: las lesiones de Mauri y Díaz Zabala dejaron fuera de la ONCE- a los mejores llaneadores.Zülle, que casi con toda probabilidad no seguirá en la ONCE la próxima temporada, parecía tener miedo a asumir la responsabilidad de una decisión que todos consideraban inevitable y que nadie le iba a echar en cara. El equipo le había dejado claro desde el segundo día que no habría reproches. Pero cuando Saiz le comunicó el miércoles por la noche que debía abandonar, el suizo no pudo evitar un suspiro de alivio.
Manolo Saiz declaró ayer que no se arrepentía de haber traído al Tour a Zülle. Considera el director de la ONCE que siempre hay que intentar hacer el máximo para intentar un objetivo y, además, se apoyaba en la determinación, la voluntad y la capacidad de sacrificio del ciclista. Comienza ahora un nuevo Tour para la ONCE.
La lesión de Zülle, unida a la táctica de llegar al Tour más cortos de forma para alcanzar los Pirineos en plenitud, había transformado la cara, habitualmente dominadora y atacante, del equipo, que en esta edición había pasado a la reserva, con una actitud conservadora que no cuadra con el diseño habitual del equipo. Pero las circunstancias mandan. La atención que debían dispensar a Zülle dejaba sin libertad a la mayoría de corredores. Sólo Jalabert y Etxebarria han logrado superar todos los cortes. La ONCE no ha intentado ataques por miedo a que Zülle pudiera quedar descolgado, pero se veía forzado a trabajar desde atrás porque Zülle se quedaba cortado por las caídas. Cuando pase el llano, la ONCE volverá a pasar a la acción. Jalabert se ha quedado como líder único, pero Saiz, que nunca olvida que el equipo es un bloque, cita también a Zarrabeitia y Etxebarria como hombres que pueden hacer un buen Tour.
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