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VIOLENCIA EN EUSKADI

Un noveno etarra de la Operación Delfín-Pulpo consiguió escapar

Un presunto miembro de ETA vinculado al secuestro de Ortega Lara consiguió escapar al no encontrarse en su domicilio cuando iba a ser detenido en la Operación Delfín-Pulpo, según informaron ayer fuentes jurídicas. El etarra, cuya identidad no ha sido facilitada, formaba parte del segundo grupo de terroristas cuyas actividades fueron descubiertas a raíz de los interrogatorios de los cuatro primeros detenidos.Ayer, el juez Baltasar Garzón ordenó el ingreso en prisión incondicional e incomunicada de Sabino Usandizaga y de Emilio Arrizabalaga, los dos terroristas detenidos el pasado 2 de julio. Para hoy están previstos los interrogatorios de Ignacio Berezibar y Victoria Aranguren, detenidos el domingo de madrugada en Vitoria (Álava) y Zumárraga (Guipúzcoa). Al parecer, Berezibar, facultativo de profesión, estaba encargado de cuidar de la salud del secuestrado Ortega. Los interrogatorios de estos dos últimos detenidos permitieron ayer el hallazgo de dos zulos más, situados en las inmediaciones del agujero en el que permaneció José Antonio Ortega Lara, según fuentes de Interior. En uno de los escondites de ETA se halló una pistola y 15.000 pesetas. El otro estaba vacío.

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Usandizaga, que declaró por la mañana, fue uno de los fundadores, junto a Xabier Ugarte, del comando Bellotxia en 1978. El etarra fue trasladado a la cárcel de Alcalá Meco, Madrid, tras su declaración. Está acusado de un total de 14 delitos, entre los que figuran haber participado en cinco asesinatos consumados, en tres de los cuales intervino como autor material.

También está implicado en dos tentativas de asesinato, delito continuado de terrorismo, pertenencia a banda armada, dos robos con intimidación y detención ilegal, así como depósito de armas de guerra, depósito de explosivos y tenencia ilícita de armas. Fue militante activista de ETA entre 1978 y 1990, fecha en la que abandonó la banda. Por ello, Usandizaga participó en la construcción del zulo en el que estuvieron secuestrados José Antonio Ortega Lara y Julio Iglesias Zamora, pero no se le imputan estos secuestros, debido a que durante su pertenencia al comando el zulo sólo se utilizó para guardar armas y explosivos. El comando Bellotxia se fusionó con el Txantxangorri para formar el comando Goierri. En su declaración figura que recibió buen trato de la Guardia Civil.

Arrizabalaga también ingresó en prisión incomunicada, en la cárcel de Alcalá-Meco, después de que Garzón le acusase de participar en siete delitos: asesinato frustrado, terrorismo, pertenencia a banda armada, depósito de armas de guerra, depósito de explosivos, tenencia ilícita de armas y robo con intimidación. El asesinato frustrado se refiere al atentado con una bomba-lapa que fue colocada en los bajos de coche particular del guardia civil Francisco Arias, en 1985. El robo con intimidación lo fue de un coche utilizado después en el ametrallamiento del cuartel de la Guardia Civil de Legazpia (Guipúzcoa).

Arrizabalaga padece una dolencia cardiaca, por lo que el juez le ha levantó la incomunicación para que pudiera hablar con su abogado. El juez consideró que el centro penitenciario de Alcalá-Meco es el más apropiado, de entre los más próximos a Madrid, para atenderle.

Con los dos etarras de ayer, ya son seis los que han ingresado en prisión. Los cuatro primeros, Josu Uribetxeberria, Xabier Ugarte, José Luis Erostegui y José Miguel Gaztelu, están implicados en 25 delitos, de los cuales cinco son asesinatos de miembros de la Guardia Civil. Además, el grupo iba a realizar nuevos secuestros, por lo que vigilaba a seis personas y tenía en reserva a otras seis.

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