Silencio: se rueda en el "Leguidú"
La antigua fábrica de Cervezas El Águila se convierte por vez primera en un escenario de cine
La abandonada fábrica de Cervezas El, Águila (bautizada popularmente como Legidú), en Arganzuela, se ha transformado en un escenario cinematográfico. Por vez primera, dos directores de cine, Alfonso Albacete y David Menkes, los de Más que amor, frenesi, se han encerrado tras los muros de este viejo edificio industrial, propiedad de la Comunidad de Madrid, para rodar su segundo largometraje, No me hables de los hombres que me pongo atómica, cuyos protagonistas son Bibi Andersen, José Manuel Cervino y Javier Manrique.La idea de utilizar los casi 40.000 metros cuadrados de la fábrica para rodar esta película, según cuentan en la productora, propiedad de Fernando Colomo, surgió por las numerosas posibilidades que, ofrece este local. "Se ha intentado aprovechar al máximo todos los recursos y ornaméntos de la fábrica para dar a la película el ambiente que necesita", dicen.
De la fábrica se ha utilizado la estancia que albergaba a las antiguas cubas donde se fermentaba la cerveza. Allí discurre una parte de la película, en el disparatado Club Tatami, con. pista de baile incluida, en el que la protagonista Roxy Foxy (Bibi Andersen) hace sus negocios sucios.
Otro escenario se ha instalado en el tercer piso del edificio, en la sala donde estaba toda la maquinaria de principios de siglo, que ha sido pintada de color azul añil. Este ambiente acoge al escenario de otro club nocturno, donde se celebra: la presentación de una ficticia película.
"Hemos intentado sacar partido a toda la maquinaria y todos los aparatos de este local; se han pintado los embudos de color dorado; se ha limpiado todo, y la película parece sacada de los estudios Universal", asegurán sin ninguna humildad en la productora.
El tercer escenario reproduce el interior de la casa de uno de los protagonistas, El Chano (Javier Manrique). Pero ahí no queda todo: la calle central de la fábrica de El Águila rodar una persecución en coche con dos especialistas que suplen en las escenas arriesgadas a Bibi Andersen y José Manuel, Cervino.
El rodaje terminará en los próximos días, y la tranquilidad y el silencio volverá al Legidú. De momento, el proyecto de hipermercado cultural, donde se iban a instalar varios minicines, teatros, salas de ensayo, galerías de arte, además de un auditorio, y una biblioteca, está casi parado.
En los próximos días saldrá a concurso el proyecto de construcción de la biblioteca y el archivo regional. Y han sido dos discípulos del arquitecto, Rafael Moneo (Ernilio Tuñón Alvarez y Luis Moreno) los elegidos para convertir la fábrica en el proyecto cultural más ambicioso de la Comunidad.
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