_
_
_
_
CICLISMO

Jiménez culmina el plan del Banesto

El joven de El Barraco se proclama campeón de España en Melilla

Antes que José María Jiménez fue Manuel Fernández Ginés, y antes aún Jesús Montoya. Es una forma de pago de los grandes líderes: contribuir a la victoria de sus mejores gregarios en el campeonato nacional. Miguel Induráin controló a su antojo la carrera de Segovia en 1995 para que ganara Montoya; Abraham Olano levantó el pie en el sprint de Sabiñánigo en 1996 una vez que había visto que Ginés superaba a Escartín; y ayer, la sola presencia del líder del Banesto en el gupo que perseguía a los escapados Jiménez y César Solaun (Euskadi) paralizó a los rivales de los otros equipos. Sin embargo, no fue todo tan fácil. Jiménez tuvo que sudar lo suyo.El ciclista de El Barraco (Avila) no era el caballo ganador de un Banesto que controló la carrera de Melilla en todo momento, pero Jiménez supo tomar por la mano el protagonismo. Empleado por sus directores para romper la carrera a falta de tres vueltas al duro circuito de 14 kilómetros -subida a Rostrogordo, con rampas de hasta el l6%-, Jiménez tuvo aún arrestos -"cuando se ve bien, no hay quien lo pare", dicen sus mentores- para volver a escaparse en la penúltima vuelta en compañia de Solaun. -El ataque de Jiménez con Casero había acabado con la resistencia de la ONCE, que prefirió guardar sus bazas -Etxebarria y Zarrabeitia- a la espera de una llegada en grupo. El siguiente ataque del abulense -inesperado y hasta sorprendente para sus directores: Jiménez, de 26 años, mal rodador y mal descendedor, y lento en las llegadas, no era una baza segura ante un Solaun en gran forma- y el vasco acabó sembrando el desconcierto entre los cada vez menos perseguidores.

Los del Kelme, entre los que no estaba Escartín, que renunció para no interrumpir su preparación para el Tour, no supieron qué hacer. Si trabajaban para cazar al dúo, favorecían a la ONCE -Etxebarria era el más rápido de los supervivientes- y si Serrano, su hombre más fuerte, atacaba para enlazar, se llevaría consigo a Blanco u Olano, más rápidos que él. La incertidumbre de los seguidores dio el triunfo a la escapada.

Jiménez, gran escalador, nunca había ganado con un final llano, pero ayer estaba iluminado Corrió con rabia y ésa fue su fuerza suplementaria para, a la hora de quitar un diente a su piñón, saltar como un gato desde la rueda trasera de Solaun hasta la meta.

La carrera mostró el gran momento de los nueve del Banesto para el Tour, aunque eso, en los tiempos actuales en que todos juegan al escondite, no signifique más que el trabajo ha cundido. En el grupo de 10 que llegó tras el dúo había cuatro del equipo de Unzue: Olano, Arrieta, Blanco y Casero.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_