Serra Ferrer seguirá en el Betis hasta el 30 de junio tras llegar a un acuerdo con Lopera
El ciclo de Lorenzo Serra Ferrer, uno de los entrenadores que más alto han llevado al Betis en sus 90 años de historia, estuvo a punto de terminar ayer, a nueve días de disputar la final de Copa ante el Barça. El dueño del Betis le exigió firmar un documento en el que le daba la libertad con la condición de que no se fuera al Barcelona. Serra no aceptó porque entendía que era un chantaje y una amenaza intolerable. Lopera le abrió expediente por la mañana y le despidió por la tarde. Sin embargo, a las dos de la madrugada de hoy, técnico y presidente llegaron a un acuerdo para que Serra Ferrer dirija el Betis hasta el 30 de junio, fecha en que quedará en libertad para firmar con cualquier club, incluido el Barcelona.
Lopera sospechaba desde hacía tiempo que Serra tenía un acuerdo para trabajar las próximas cinco temporadas en el Barcelona. Como quiera que Serra no aclaraba del todo su futuro, decidió pasar a la acción: exigirle que firmase un documento según el cual afirmase que no se había comprometido con el club catalán. Al no producirse la firma, llegó el despido. Esnaola, encargado de las categorías inferiores, se haría cargo del Betis el sábado y en la final de Copa el 28 de junio.El entrenador se mostró profundamente dolido por la amenaza de Lopera que se produce a escasos nueve días de que el Betis dispute el partido más importante de sus últimos 20 años. "Lo decepcionante es que dé más importancia a los rumores y comentarios que a mi palabra", dijo Serra, quien aseguró que él no tenía "nada firmado con el Barcelona". Esta afirmación fue respaldada por el presidente del club azulgrana, Josep Lluís Núñez, que dijo que no era costumbre del Barça fichar entrenadores que tienen contrato con otra entidad. Y desveló que Lopera le propuso un trueque del técnico por el jugador Angel Cuéllar.
Serra milita en el Betis desde hace tres temporadas y media, cuando lo tomó en Segunda División, ocupa la cuarta plaza en la Liga -puede ser tercero- y su equipo jugará la Recopa la próxima temporada. El técnico tiene un año más de contrato, aunque ayer confesó que ya había tomado la decisión de marcharse porque todos los entrenadores cumplen un ciclo. "Ya se lo había manifestado al presidente, esto no es un secreto".
Primeros rumores
La historia final de la relación Serra-Lopera empezó hace cuatro meses cuando a los oídos del presidente llegó un rumor de que su entrenador había firmado un acuerdo con el Barça donde se comprometía a dirigir las divisiones inferiores del club catalán, cargo que tendría en el nuevo organigrama ya que la figura de entrenador del primer equipo se reservaba para Louis Van Gaal. Ruiz de Lopera llamó a Serra Ferrer, que en ese momento estaba en Mallorca, y se tranquilizó ante el desmentido de esa confidencia. "Yo no tengo nada firmado", le prometió. Con el tiempo, el tema se aparcó porque ambos empezaron la planificación del equipo para la próxima temporada mientras que los verdiblancos avanzaban en la Liga y en la Copa del Rey.Hace 15 días, Lopera recibió otro mensaje que le indicaba que Serra se había ofrecido al Valencia por medio de su representante José María Minguella. Según esta nueva versión, Serra pedía 150 millones de pesetas por temporada. El viernes de la semana pasada, Serra llegó al despacho de Lopera en compañía de su esposa y le pidió que lo liberara de su relación con el Betis porque creía que su ciclo había terminado. "He perdido peso", "estoy cansado", le argumentó. Lopera le dijo que sí pero con la condición de que firmase un documento en el que se comprometiera a no fichar por el Barcelona. Serra se mostró de acuerdo pero especificó que se colocaría una cláusula que dijera que él no iba a " entrenar". Lopera entendió el mensaje. Serra se iba al Barcelona pero a "dirigir" las divisiones inferiores.
Fue entonces cuando el presidente verdiblanco le lanzó un ultimátum: firmar un documento -donde se comprometa que no se va al Barça o será destituido antes de jugar la final de Copa.
En la noche del martes se reunieron nuevamente pero no llegaron a un acuerdo. Ayer la noticia corrió como la pólvora por toda Sevilla y Serra explotó: "Me siento muy mal. Cuando se duda de una persona se siente uno mal. He trabajado fuerte, por eso me molesta que se pueda dudar de mi personalidad". Luego agregó: "Es peligroso y muy decepcionante".
La ruptura de relaciones entre ambos llegó a tal punto que Serra no se reunió con el presidente hasta últimas horas de la noche. Sobre las dos de la madrugada, ambos decidieron que el técnico seguiría en el club hasta el 30 de junio. A partir de ese momento podrá fichar por cualquier equipo, incluido el Barcelona.
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