La Comunidad suaviza el reglamento de encierros
sEl gobierno de la Comunidad de Madrid ha decidido "dulcificar" algunos aspectos del Reglamento de Espectáculos Taurinos Populares para permitir que los pequeños municipios de la región tengan la oportunidad de seguir organizando estos festejos. Sin embargo, no ha rebajado la cuantía de los seguros obligatorios (el Ayuntamiento debe pagar 20 millones a la familia de cualquier fallecido durante un encierro), uno de los puntos a los que más trabas ponían los alcaldes de los pueblos afectados.
En la nueva versión del reglamento, que se publicará en el Boletín Oficial de la Comunidad (BOCAM) a finales de este mes, la Comunidad ha aceptado que se pueda enmaromar -arrastrar con cuerdas- a las reses para introducirlas en los corrales. También acepta aumentar el plazo de sacrificio de las reses corridas en los encierros de 12 a 24 horas, aunque no será posible que los mismos toros se suelten en varias ocasiones.
Los municipios que sólo disponen de plazas de toros portátiles tendrán hasta el 1 de mayo de 1998 para dotarlas de corraletas y dependencias para el sacrificio de los astados (ese plazo cumplía este año). Se amplían asimismo las distancias máximas recorridas de 1.000 a 1.500 metros. También se podrán usar vallas horizontales metálicas para proteger ese trayecto en lugar de las de madera, siempre que no tengan filos ni aristas.
Tiempo de diversión
La Comunidad también ablanda el reglamento en el tiempo de duración de los festejos. Mientras que ahora es obligatorio que las reses estén en los corrales a los 15 minutos del inicio del encierro, se aceptará que estos 15 minutos sean el "tiempo de diversión" a partir del cual comenzarán a encerrarse los astados.Por contra, no se ha aceptado que los profesionales banderilleen las reses, que se quiten las puertas que evitan el retorno de los astados al recorrido o hacer optativa la zona libre de corredores en la entrada de la plaza. Tampoco admite la Comunidad que el espacio entre escapatorias se amplíe de 100 a 300 metros, y mantiene la obligatoriedad de revisar el recorrido 30 y 15 minutos antes del encierro para retirar de él a los corredores ebrios.
Uno de los principales puntos de discrepancia entre alcaldes y Gobierno regional sigue sin resolución. Los pueblos, sobre todo los más pequeños, se quejan de la elevada cuantía de los seguros que la Comunidad les fuerza a suscribir: "Se trata de buscar un equilibrio para que no supongan una carga que haga imposible los festejos en pueblos modestos", asegura Miguel Ángel Ballesteros, redactor de las alegaciones de San Sebastián de los Reyes (58.000 habitantes), con gran tradición en encierros. "Se pide que se busque una financiación menos onerosa, como la participación de la Comunidad", añade.
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