Alemania mantiene el derecho de veto sobre los avances en libre circulación
El canciller Helmut Kohl se mostró inflexible: quiere mantener el derecho de veto en materia de libre circulación e inmigración. Y si no, exige que sus socios acepten acoger la misma proporción de refugiados que se instalan en Alemania.Los esfuerzos de la Comisión Europea por convencer a Kohl hicieron poca mella. El canciller se negó en redondo a aceptar que la toma de decisiones deje de hacerse por unanimidad a los cinco años de entrar en vigor el nuevo Tratado. Kohl explicó a sus colegas que Alemania había recibido la mitad de las 221.000 peticiones de asilo económico procedente de terceros países, principalmente de Europa del Este. Una cifra, comparó, superior a la de todo EE UU. Si los Quince quieren liberalizar esas políticas, clamó, que se hagan cargo de una parte proporcional de esos refugiados.
La presidencia aceptó someter hoy a debate de los jefes de Estado una propuesta del presidente de la Comisión, Jacques Santer: que el veto desaparezca dentro de cinco años "a menos de que entonces se oponga una mayoría cualificada de Estados".
Tampoco hubo muchos avances en otro de los temas conflictivos de este capítulo, la incorporación al Tratado del Convenio de Schengen sobre libre circulación de personas y cooperación policial. El Reino Unido e Irlanda mantuvieron su exigencia de disponer de una cláusula de opt-in (adherise al acervo Schengen a tenor de su interés nacional y cuando les convenga). José María Aznar insistió en que los temas de fronteras exteriores mantuvieran el derecho de veto -para evitar conflictos con el Reino Unido por Gibraltar- y también para aprobar la incorporación de un país a las políticas de Schengen.
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