Seis diputados examinaron en en directo la violencia ultra del 'derby'
Seis diputados regionales que estudian desde hace un mes el fenómeno de la violencia urbana en Madrid acudieron el sábado al estadio Santiago Bernabéu para continuar sus trabajos a pie de obra. Eligieron un derby de alto riesgo para conocer más sobre la conducta de los grupos violentos. Varios mandos de la policía actuaron de guías de los parlamentarios.El partido, como estaba previsto, acabó en fiesta, pero los seis políticos que asistieron a la victoria del Real Madrid frente al Atlético apenas pudieron gozar de ella. Mientras los 100.000 aficionados seguían el balón, los diputados, situados a pie de césped junto a los banquillos de ambos equipos, atendían a los grupos violentos (Ultrasur y Frente Atlético). Entre ambos colectivos había una distancia de 70 metros de altura.
Los seis diputados regionales vieron el mismo partido, desde el mismo lugar, pero sacaron conclusiones diferentes. Sólo coincidieron en una alabanza: "La actuación de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado ha sido ejemplar, todo estaba perfectamente organizado. Un trabajo fundamental para que cunda la paz en este tipo de espectáculos".
Los políticos valoraron muy pronto el trabajo de los policías. A las 17.30 -tres horas antes del partido- montaron parlamentarios y agentes en una pequeña furgoneta para trasladarse desde la calle de Miguel Ángel, sede de la Delegación del Gobierno, a la plaza de Castilla.
Allí esperaban 600 hinchas rojiblancos del Frente Atlético, que fueron cacheados a conciencia por la policía. "Los agentes pedían la entrada al Bernabéu para evitar problemas en el estadio; el que no tenía entrada no pasaba el filtro", recuerda Fernando Sánchez Lázaro, del PP.
Exhibición fascista
Los parlamentarios de IU y PSOE denuncian el apoyo del Real Madrid a los Utrasur
"Los policías comentaron que, en muchos casos, los que portan esas banderas ignoran su significado", dijo Sánchez Lázaro. El socialista Ledesma le dio más importancia: "Hubo una continua exhibición de simbología nazi y fascista, cruces gamadas y banderas de España con el aguilucho. Los policías no entraron a la grada para retirar estas banderas porque, según nos indicaron, hubiera sido peor el remedio que la enfermedad". Luxán (IU) vio incluso banderas de la Marina alemana. "Está claro", dice, "que hay permisividad ante la entrada de estas enseñas".También entraron bengalas; una de ellas amenazó la integridad de Molina, el portero rojiblanco, mediada la segunda parte. "Las bengalas son cada vez más pequeñas y los ultras las ocultan en los bocadillos o en la ropa interior de las chicas, según la policía", señala Ledesma. Después de su experiencia del sábado, los socialistas pedirán la comparecencia urgente de Lorenzo Sanz, presidente del Real Madrid, para que explique por qué protege a los Ultrasur.
Sánchez Lázaro (PP) sacó del partido una experiencia muy distinta a la que traía tras escuchar diversos relatos en la Asamblea de Madrid: "Cuando Esteban Ibarra [presidente de Jóvenes contra la Intolerancia] fue a la Asamblea a contar las andanzas de los ultrasur y la violencia en torno a los partidos de fútbol, nos asustamos. Por eso hicimos esta vista, en la que hemos visto que los Ultrasur y el Frente Atlético no son grupos violentos organizados. Puede que haya unos pocos dentro de esos colectivos que sean violentos. Tienen un sistema de megafonía muy potente y dicen mil burradas. Pero eso es normal en el mundo del fútbol".
Al socialista Ledesma no le pareció tan normal ese sistema de megafonía. "Es imposible contar con un sonido tan potente dentro del estadio sin el apoyo de la directiva", aseguró. Los seis parlamentarios abandonaron el campo unos minutos antes de que concluyera el partido. No se enteraron del brutal ataque sufrido por un fotógrafo, José Antonio García Molero, cuando pretendía captar una imagen de ultras quemando una bandera rojiblanca. Tampoco conocieron las agresiones ocurridas en la puerta 30 del estadio ni diversas reyertas registradas en el parte definitivo del Cuerpo Nacional de Policía.
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