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DEBATE SOBRE EL ESTADO DE LA NACIÓN

No fue para tanto

El primer debate sobre el estado de la nación con un Gobierno del PP levantó expectación, pero no tanta.La tribuna de prensa no estuvo abarrotada ni mucho menos, tal y como había ocurrido en otras ocasiones. Las tribunas de invitados permanecieron semiivacías y en cuanto terminó, por la tarde, el debate entre José María Aznar y Felipe González el hemiciclo quedó prácticamente desierto.

Probablemente el Gobierno pueda utilizar, legítimamente, la jornada de ayer para demostrar que el tono de crispación ha disminuido y que, por ello, la atención de los medios de comunicación se mantuvo más relajada.

Ni siquiera hubo anécdotas relevantes durante los debates. Las menciones que Aznar y González hicieron al 20 aniversario de las primeras elecciones democráticas y de la transición tuvieron como testigo excepcional a Santiago Carrillo, transmutado en periodista, y que asistió al debate en la tribuna de prensa. El ex líder comunista mantuvo una larga conversación con Felipe González.

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Eso sí, el debate fue amplio, amplísimo. Pasadas las 12.15 de la madrugada, el presidente del Congreso, Federico Trillo, levantó la sesión. Habían transcurrido más de ocho horas desde que González subió a la tribuna a las cuatro de la tarde. Aún así, Aznar daba muestras de frescura parlamentaria. Debe ser eso que llaman la erótica del poder.

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