Cárcel para el marido de Rociíto
Antonio David Flores, condenado a seis meses de prisión por quedarse 50.000 pesetas de una multaB. CIA / P. RÍOS
Ni Antonio David Flores ni su mujer, Rocío Carrasco, Rociíto, salieron ayer con semblante feliz del Palacio de Justicia de Barcelona. El tribunal que juzgó el pasado mes de Antonio David, guardia civil de pro fesión, y a otro agente notificó a la pareja el sentido del fallo: "Que debe mos condenar y condenarnos ( ... )". La pena impuesta ha sido de seis me ses de cárcel y otros tantos de suspensión de empleo, además del pago de una multa de 61.000 pe Setas por un delito de malversación de caudales públicos. El marido de Rociíto y su compañero de ronda, Marco Antonio Jurado, se apropiaron de las 50.000 pesetas que un ciudadano francés les entregó en metálico, previo paso por un cajero automático, como pago de una multa por una supuesta infracción de tráfico de la que nunca tuvo el correspondiente parte.Ocurrió en la mañana del 11 de agosto de 1995, cuando ambos guardias civiles patrullaban en un vehículo oficial por el denominado Camino del Corredor, en el término municipal de Dosrius, en la comarca barcelonesa del Maresme. En un momento dado, la patrulla interceptó un vehículo francés conducido por su propietario, Jean Marc Giraud, por entender que había realizado una maniobra antirreglamentaria. En aquella época, Antonio David se acababa de incorporar al cuartel de Argentona.
La presencia de la pareja en la vista oral levantó un gran revuelo en la Audiencia de Barcelona. Los dos acusados sostuvieron que no teñían la intención de robar el dinero. El marido de Rociíto intentó convencer al tribunal de que, en realidad, todo fue un malentendido sobre cómo tramitar la infracción de tráfico. Aseguraron que se habían quedado el dinero simplemente en depósito y que, en cualquier caso, el jefe de la pareja -la profesional- era su compañero.
Pero los tres miembros del tribunal que presidió la vista oral no les han creído. Más bien todo lo contrario. Según los jueces, los dos guardias civiles "habían concebido la idea de apoderarse" del dinero, por lo que no dieron ningún recibo al sancionado, a pesar de que éste se lo reclamó. Fue esta sospechosa negativa la que provocó el enfado del ciudadano francés y la presentación inmediata de una denuncia en comisaría. Y no sólo denunció, sino que persistió en su voluntad de averiguar adónde habían ido a parar las 50.000 pesetas incluso después de regresar a Francia, al término de sus vacaciones.
La sentencia relata que ni Antonio David ni su compañero de patrulla supieron cómo denunciar al vehículo francés, por lo que contactaron con el puesto de la Guardia Civil de Argentona, población en la que estaban destinados y donde reside la hija de Rocío Jurado. El agente que atendió la llamada tampoco supo desvelarles el interrogante, por lo que decidió llamar al subsector de Tráfico de Mataró, de donde recibieron las órdenes oportunas.
El tribunal recuerda que al regresar a su destino los dos agentes comentaron a su superior que "no había pasado nada" con aquella multa y que, por tanto, ocultaron los hechos. Por eso, el tribunal subraya "lo absurdo de la explicación dada por los acusados a su conducta".
La sentencia indica también que "no consta que tuvieran ninguna necesidad del dinero del que se apropiaron". Los jueces quieren dejar claro que cometer un delito de malversación de caudales no es más grave por el hecho de que los acusados sean agentes de la Guardia Civil. "No reviste", explica, "ninguna gravedad especial" el delito de malversación de caudales públicos por el hecho de que sus autores sean "miembros en activo de uno de los cuerpos policiales más prestigiosos del Estado".
La condena de seis meses de cárcel no comporta, de momento, el ingreso en prisión de Antonio David ni de su compañero, porque ninguno de los dos tenía antecedentes penales. La última palabra, en cualquier caso, la tendrá el Tribunal Supremo, porque se ha recurrido contra la sentencia.
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