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Estadios y campos de fútbol

Nuestro país vive un ambiente crispado en lo referente al tema del fútbol. Todo son declaraciones descalificantes para el rival y los forofos se alegran casi más de las derrotas ajenas que de las victorias propias. Las cifras económicas que se mueven en su ámbito son enormes, y a ello ha contribuido la competencia por los derechos del fútbol televisado. En algunos momentos parece que el único deporte que se practica en este país es el fútbol, aunque! una gran parte de sus figuras no sean españolas. Todo esto, se: dice, es consecuencia de la libre competencia y el valor del mercado. Nada que objetar al respecto, siempre que realmente se quede ahí y no acaben pidiendo mucho dinero público, directa o indirectamente. Porque aún estamos pagando con fondos públicos la remodelación de los campos de fútbol del Mundial de 1982 y hay un plan en vigor para el saneamiento del fútbol que recibe, dinero del erario público.Ultimamente, con esa gran deportividad que caracteriza a muchos dirigentes de clubes de fútbol que quieren ganar partidos como sea, se están obsesionando con la importancia del apoyo del espectador local y de lo que influye en él su cercanía al terreno de juego. Se trata no sólo de animar a su equipo, sino de amenazar, amedrentar y atacar al contrario, y a menudo al equipo arbitral, incluso arrojando objetos. Y para ello quieren echar el aliento del forofo en el cogote del enemigo.

No me gusta este enfoque, pero no tengo nada que objetar, si el dinero para construir el campo de fútbol sale de fondos privados. Otra cosa es que se hagan estadios municipales, polivalentes, con pista de atletismo, que es lo que le confiere la cualidad de estadio, y financiados en gran parte (o totalmente) por dinero público (léase CSD, comunidades, diputaciones y ayuntamientos), y al poco tiempo el club de fútbol local que juega allí de prestado se haga dueño y señor de la instalación y acabe exigiendo la eliminación de la pista de atletismo. Esto ha ocurrido en Balaidos, Riazor y Mérida, y pretenden llevarlo a cabo ahora en Albacete, para aumentar en unos pocos miles el aforo de la instalación y poder, sobre todo, constituirse en olla a presión negativa para los rivales de turno. Se van a construir nuevos estadios en- Mallorca y Sevilla, con motivo de la Universiada y los Campeonatos del Mundo de atletismo, respectivamente, y ya antes de su inauguración, prevista para 1999, están pensando en eliminar, tras esos acontecimientos atléticos, la pista de atletismo. Esto demuestra muy poca cultura deportiva y falta. de respeto al primer deporte olímpico. Parece que lo único que importa en este país es el fútbol (al que soy aficionado, como a otros muchos deportes) y de lo demás nos acordamos sólo en situaciones puntuales para pedir medallas. Parece que nos sobra el dinero para construir efímeras instalaciones sólo utilizadas para un acontecimiento, por muy importante que sea, y enseguida hay que volver a reconvertirlo en la olla a presión para tener más posibilidades de ganar partidos, aunque sea por métodos antideportivos.

En países como Francia, Alemania o Suecia los mejores equipos juegan en estadios con pista de atletismo, e incluso dos equipos rivales de una misma ciudad se alternan en el uso de la instalación. La Real Sociedad juega y gana en Anoeta, un estadio de los más bonitos de Europa. Sus aficionados disfrutan y animan tanto como en otros sitios y ven el partido con mejor perspectiva. No sé por qué, si somos tan europeos, no podemos seguir esa misma pauta. Sobre todo, cuando se ha gastado dinero público en construir una instalación deportiva polivalente. Solicito que se acabe esta absurda moda de eliminar de los estadios las pistas de atletismo. Si quieren campos exclusivamente de fútbol, que los paguen los que hacen el negocio allí.

José María Odriozola es presidente de la Real Federación Española de Atletismo.

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