Una lección

Quisiera ofrecer las siguientes reflexiones a los lectores a la vista de las elecciones francesas.Aunque el sistema electoral francés y español sean bastante diferentes, al igual que no es comparable la experiencia democrática de ambos pueblos, quizá sea importante sacar algunas lecciones del proceso electoral que los franceses acaban de vivir.

1. El presidente de la República Francesa, señor Chirac, ha obtenido el efecto contrario al que él esperaba. No fiarse de las expectativas: el pueblo llano sólo se expresa de verdad en las urnas.

2. La izquierda francesa unida ha dado ejemplo de madurez y de sentido común. Sólo así han podido tener un avance tan espectacular en estas elecciones. Los protagonismos personales y las rencillas entre partidos que se disputan un electorado común han quedado aparcados en aras del interés general y de los principios comunes.

3. Es más noble presentar en campaña las alianzas que, sucederán a la elección (como han hecho los partidos progresistas y verdes franceses) que aliarse, a posteriori, con las bestias negras utilizadas como tales en la campaña electoral.

4. Un partido de izquierdas que apoya a Gobiernos conservadores termina pagándolo caro políticamente. La lealtad a los principios básicos, a pesar de favorecer en mayor medida a otros partidos colindantes que comparten dichos principios, da más votos que la traición a los mismos con el único objetivo de perjudicar al partido o a la corriente colindante.

5. Si en Francia existe un partido, el Frente Nacional (FN), que aglutina el 15% de los votos, hay que pensar que en España esos votos se encuentran diluidos en los partidos que más se aproximen a las ideas que proclama dicho FN. No seremos tan ingenuos para pensar que no hay personas de ideología nacionalista ultraconservadora en nuestro país, o que todos los votantes del FN comulgan necesariamente con esos principios.

6. Los pueblos de Europa se van pronunciando por las fuerzas de progreso. Ayer fue Portugal, Grecia, Italia, el Reino Unido, y otros; hoy es Francia y mañana, si lo saben plantear, serán otros... Galicia tal vez-