_
_
_
_
Tribuna:EL DEFENSOR DEL LECTOR
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Entretener sin herir

Se ha dicho muchas veces en esta sección que no existe espacio o página de EL PAÍS -también aquellos productos asociados a la marca del periódico- que quede exento de cumplir las reglas del Libro de estilo. Esto vale también para los espacios de entretenimiento como los crucigramas. Un principio básico del Libro de estilo es no usar palabras o frases que puedan resultar ofensivas para un colectivo. Esos términos deben evitarse siempre tanto en los géneros periodísticos propiamente dichos (crónicas, reportajes, entrevistas ... ) como en los que no lo son.Referirse a una de las víctimas del fiscal mexicano Pablo Chapa, recientemente detenido en Madrid, como un "pobre tipo diabético" resulta ciertamente inapropiado (El fino olfato del inspector o el cazador cazado, EL PAÍS, 18 de mayo de 1997). Bastaba con describir genéricamente al sujeto en cuestión como un "pobre tipo" para resaltar su escasa relevancia social, que es lo que parecía querer el periodista. Con algunos elementos informativos sucede como con las fotografías desagradables: sólo se justifica su publicación si son imprescindibles para la comprensión de la noticia. Lo de "diabético" no era imprescindible e introducía una circunstancia susceptible de herir a pacientes de esa enfermedad, como ha sido el caso de algunos lectores que se han quejado por ese motivo.

¿Era indispensable el título en portada ¿ Un canciller en silla de ruedas? referido a la información sobre el posible delfín de Helmut Kohl, Wolfgang Schäube, en la carrera por la sucesión en la cancillería alemana? (EL PAÍS, 16 de febrero de 1997). Que un gobernante vaya en silla de ruedas es un hecho excepcional (habría, que remontarse, quizá, a Franklin Delano Roosevelt para encontrar un precedente, pues su actual sucesor en la Casa Blanca, Clinton, sólo ha necesitado ayudarse de ese aparato transitoriamente). Tiene lógica, pues, desde el punto de vista informativo que no pase inadvertido ese aspecto novedoso de la noticia. ¿Pero era un aspecto tan relevante -o mejor, el más relevante- como para justificar su proyección a un titular? Además, la forma interrogativa podría interpretarse, aunque no haya sido ésa la intención, como expresión de una actitud reticente o desconfiada sobre la posibilidad de que un lisiado pueda llegar a tan alta función. Un minusválido, José Manuel Plaza, de Cuenca, ha dado su opinión al respecto al Defensor del Lector: "En cientos de jornadas de integración que en este país organizan los colectivos de minusválidos, el periódico de hoy va a ser puesto como ejemplo de cómo enfoca la prensa (y no cualquier diario) la discapacidad de una persona".

Pero la cuestión central que motiva esta columna dominical es la queja de una lectora de A Coruña, Encarna Macho Sepúlveda, sobre uno (le los crucigramas de Pelco. En el 1 horizontal del referido crucigrama se proponía una palabra relativa a "cosas que dicen los deficientes mentales", a lo que se respondía "idioteces", y en el 1 vertical se insistía en la misma definición, pero con otras palabras. En este caso, la respuesta era "imbecilidades". La lectora de A Coruña señala al Defensor del Lector que "un periódico tan sensible a estos temas, y teniendo un Libro de estilo de obligado cumplimiento, no debe permitir que ni en un crucigrama se sienta ofendida ninguna persona o colectivo". Y añade, con toda la razón del mundo: "Además, decir idioteces e imbecilidades es patrimonio de la humanidad". En gran medida, el lenguaje es su uso social, trascendiendo, por tanto, su significación primigenia y estrictamente gramatical. Por ello -y no vea Peko en lo que sigue un intento de enmendarle la plana-, si las "idioteces" e "imbecilidades" se hubieran definido como "cosas que dicen los idiotas", es difícil que alguien se hubiera dado por aludido, siendo tantos los que pueden ser tenidos por tales.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Peko lamenta, desde luego, lo sucedido. "Nunca pensé", señala, "que al emplear la definición de 'deficientes mentales', en su acepción normal, en uno de mis crucigramas, estaba incurriendo en una grave falta de delicadeza, hiriendo la sensibilidad de un colectivo que se merece el mayor respeto e, incluso, ofendiéndolo. Lamento muy de veras que así haya sido. El mal está hecho, pero puedo asegurar a nuestra comunicante que, en lo sucesivo, no volveré a utilizar el término en circunstancias semejantes".

Tiempo útil

La información sobre el tiempo se ha convertido en la información útil por antonomasia. Sólo hay que observar la atención que le prestan los medios de comunicación. Pero ¿basta con esa atención para satisfacer las necesidades del ciudadano? En absoluto. Los datos que se ofrecen deben ser presentados de forma comprensible, sin merma del rigor y de la veracidad exigibles a cualquier información, y en mayor medida, si cabe, a la meteorológica. De ello depende que el ciudadano no tome decisiones equivocadas que le causen molestias e inconvenientes en su vida cotidiana.Hace aproximadamente tres, años EL PAÍS realizó un nuevo, diseño de su sección El tiempo, para hacerla más clara y comprensible. El referente principal fue la prensa norteamericana, y más particularmente el periódico USA Today, cuya información meteorológica abunda en datos numéricos y mapas a la vez que reduce el texto al mínimo indispensable. Hay lectores, sin embargo, que piensan que la información de EL PAÍS sobre el tiempo es mejorable. Es el caso de Roberto Alvarez Sánchez, de Santander, que aporta la página de información meteorológica del periódico alemán Süddeutsche Zeitung, de Múnich, como posible ejemplo a seguir. "Si comparamos este informe", dice' -el de la fecha del periódico alemán- "con el que publicó EL PAÍS el mismo día, observamos las diferencias más notables: en el alemán no aparece un mapa de Alemania en particular, sino que se inserta una explicación escrita relacionada por regiones, pero con mucho más detalle que su homólogo español. Por otra parte, en el mapa de la previsión para el día siguiente figuran las isobaras con más rigor que en el es pañol y, además, incluye frentes y temperaturas de las capitales y algunas otras ciudades".

El hombre del tiempo de EL PAÍS, José Luis Ron, explica que este periódico fue el primer medio escrito español que introdujo mapas de Europa y de España con la previsión meteorológica del día siguiente. En cuanto a las sugerencias que hace el lector sobre las isobaras, Ron responde que "si observamos el mapa de ¡sobaras vemos que es similar al del periódico alemán, si bien en nuestro diario, por diseño y no por otro motivo, no se pintan frentes nubosos y, sin embargo, las ¡sobaras se hacen más especiales; hay que destacar, en todo caso, que un mapa de tamaño reducido como el de Europa puede quedar muy cargado si se entremezclan ¡sobaras y frentes". Ron opina también que la información meteorológica de EL PAÍS puede, lógicamente, mejorarse. Pero esa mejora pasa, a su juicio, por un aumento de espacio.

Los lectores pueden escribir al Defensor del Lector o telefonearle al número (91) 337 78 36.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_