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Se debía ser firme, dialogante y paciente"

Los contactos del Gobierno socialista con ETA, contados por el ex ministro José BarrionuevoContactos con TxominNuevas entrevistas con Antxon"

El ex ministro José Barrionuevo publica esta semana 2.001 días en Interior (Ediciones B), casi unas memorias. EL PAÍS (al que Barrionuevo critica reiteradas veces en el libro, que incluye un capítulo dedicado a la demanda que el ex ministro puso contra este periódico) adelanta hoy un resumen de las páginas en las que se narran los contactos rnantenidos con ETA para buscar el fin de la violencia. Los apartados seleccionados recogen tres momentos de las conversaciones de Argel entre representantes del Gobierno y dirigentes de la organización terrorista. Barrionuevo relata las primeras reuniones con Txomin Iturbe, fallecido luego en accidente. El diálogo se reanuda con Eugenio Etxebeste, Antxon, trasladado a Argelia con este propósito. Barrionuevo relata las primeras conversaciones y las últimas que mantuvo Julen Elgorriaga, entonces delegado del Gobierno en el País Vasco. Se trata de la fase preliminar, que luego seguiría el secretario de Estado para la Seguridad Rafael Vera, ya con José Luis Corcuera al frente de Interior. El diálogo acabó en fracaso tras la Semana Santa de 1988, con la reanudación de los atentados.

Con Domingo Iturbe hubo varios contactos directos e indirectos en Francia y en Gabón. Los que se celebraron en Argelia tuvieron lugar en fechas aproximadas a las indicadas en el comunicado de ETA, el 4 de septiembre de 1987, y con las personas mencionadas en el mismo. Sin embargo, el contenido de los encuentros fue sensiblemente distinto al que reflejaba de forma resumida dicho comunicado.El primer contacto con el abogado Jorge Argote tuvo efecto el 11 de noviembre de 1986, y no el 12 como se expresaba. El encuentro tuvo lugar en un pequeño chalé de una sola planta que tenía el número 118 de la urbanización en la que se encontraba, a unos 19 kilómetros de la ciudad de Argel.

La entrevista comenzó sobre las 10.30. Jorge Argote iba acompañado de un funcionario de policía español y de dos argelinos.

Iturbe los recibió en el salón-comedor de la casa, sentado, hundido en una butaca; vestía de forma deportiva, pantalón tejano, camisa amplia de colores. Calzaba playeras. Tenía un aspecto demacrado, algo avejentado y muy delgado. No parecía estar en muy buenas facultades y al principio estaba bastante nervioso. Fumaba constantemente unos cigarrillos que liaba él mismo, de un tabaco suave, entre rubio y negro. Le temblaban las manos al liarlos.

Al comienzo de la conversación negó que se encontrara enfermo. Los funcionarios policiales se fueron a otra habitación.

Entraron en materia. Palabras de Txomin:

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"Mi postura es la de la organización. Es mentira lo que decís y dice la prensa, sobre que hay dos líneas. Y no soy el hombre fuerte ni represento a la línea blanda... No nos vamos a reinsertar de ninguna manera. No nos vais a poner de rodillas como a los de ETApm. No pasamos por la reinserción. En eso, todos lo tenemos bien claro. Antes preferimos que nos sigan dando hostias y morir todos".

Ante la sugerencia de que si aceptaran poner fin a la violencia la reinserción podía pasar de ser individual a afectar a algunos grupos, Txomin insistió: "No nos lanzamos a la lucha para acabar así, reinsertándonos. Antes preferimos morir".

Respecto al posible contenido de una negociación desde su punto de vista, sus palabras fueron: "No digo negociar la alternativa KAS, sino sobre la alternativa KAS".

Al señalarle que si se cerraba podía terminarse la reunión, Txomin dijo: "No, no. Hablar es bueno y yo soy dialogante". Insistió: "Lo que hay que negociar es sobre la alternativa KAS. No importa tanto el resultado como el hablar de ella".

Tras diversos intercambios sobre temas quiméricos que el propio Txomin iba dejando en silencio volvieron al origen, centrándose en qué iba a comunicar cada uno.

Dijo Iturbe: "Les digo que has venido a hablar conmigo, a escucharme y a tratar de que sigamos hablando para buscar una solución a Euskadi".

Contestó Argote: "No. Ni hablar. Les dices que he venido a hablar y a escucharte y a buscar una salida para ETA, no para Euskadi. Tu organización no está legitimada para sentarse a negociar una solución para Euskadi. Tú mismo no considerarías serio a un Gobierno que se sentase a hablar contigo para tomar decisiones sobre Euskadi. He venido para que busquemos una solución para ETA, no para Euskadi" .

Las impresiones de Jorge Argote sobre este encuentro fueron varias, y todas ellas me parecieron significativas:

-Txomin estaba débil físicamente y bastante nervioso. Intentaba acreditar que ETA era monolítica y que estaba muy fuerte. Sin embargo, expresaba como posibilídad la de morir todos al estilo numantino y daba la sensación de querer encontrar para ETA un final digno. No consideraba que pudiera ser similar al de ETApm.

Pensaba que cualquier acuerdo al que llegara ETA sería aceptado sin rechistar por los partidos nacionalistas vascos.

Estaba bastante desconectado de la realidad política española y vasca. Parecía vivir en un mundo aparte y hablaba con frases repetidas, como de manual. Estaba como anclado en los años 1970-1975. Se quedaba sin respuesta al presentarle las realidades políticas actuales.

-Tiene influencia en la organización, aunque no quiera reconocerlo expresamente, y se ha mostrado satisfecho del encuentro mantenido.

Se analizó la información recogida y se continuó trabajando con los servicios argelinos.

Los días 11 y 12 de enero se celebraron otros encuentros (citados en el comunicado de ETA con la fecha exacta).

Sancristóbal y Ballesteros llegaron a Argel por la tarde del día 10, se alojaron en un hotel de la avenida de Sovidani Boudjemâa y conversaron con responsables argelinos de seguridad.

La primera entrevista se celebró a primeras horas de la tarde. Txomin estaba acompañado por la abogada francesa C. Fandó. Volvieron a dar la impresión de estar nerviosos. No hubo diferencias sustanciales de contenido respecto a la celebrada con Jorge Argote.

A la introducción de que el objetivo era detener la violencia y buscar una salida a ETA, Txomin dijo un tanto atropelladamente: "Eso es lo que había que hacer, que había que sentarse ¡pelotas!, que él venía diciéndolo hacía mucho tiempo. Una mesa del Gobierno y ETA. Discutir la situación del pueblo vasco y seguro que se llegaba a un acuerdo".

Se le aclaró otra vez que para los problemas del pueblo vasco ellos no eran interlocutores, que ellos podían discutir sobre problemas que afectaran a ETA. Las otras cuestiones correspondían a los partidos políticos, que sí representaban al pueblo vasco.

Se volvió al objeto de la reunión, señalando que lo que podía lograrse era evitar derramamientos de sangre y atentados. Txomin dijo que "eso era lo que ellos querían. No les gusta matar. No quieren sangre y estarían dispuestos a sentarse a una mesa y que el primer punto de la discusión fuese el alto el fuego. Esta propuesta es novedosa y se hace por primera vez". Luego volvió a insistir en que había que discutir de todo, que no llevaban 20 años luchando para "acabar como los pm, traicionando al pueblo vasco".

Se acaloraba y dijo: "Si no se dan soluciones a los problemas vascos... estamos dispuestos a morir todos por nuestro pueblo... No he dejado el caserío y mi pues-to de encargado en AMAT para volver con los pantalones bajos y las manos vacías".

Cuando se calmó dijo que sería una buena cosa que Antxon estuviese con ellos, en Argelia, para estos contactos. Al día siguiente, a las 11.45, hubo un nuevo encuentro, en el que estuvo presente un alto cargo de la seguridad argelina para fijar las posiciones y determinar qué se transmitía. Lo mismo que en la otra ocasión, Txomin estuvo algo amenazante en estos últimos momentos. Llegó a hablar de atentados indiscriminados. Dijo que estaban dispuestos a "morir matando" y advirtió que respecto a Francia no iban a quedarse con los brazos cruzados.

C. Fandó, por su parte, manifestó que "los franceses, cuando se les aprieta, retroceden más fácilmente que los españoles"; mencionó las bombas de septiembre y octubre en París como ejemplo.

La despedida fue algo tensa. Serían de las últimas personas que vieron a Domingo Iturbe vivo.

Trasladado a Argelia Eugenio Echeveste, con su conformidad y con el admitido propósito de servir de puente o enlace, en el mismo mes de agosto se entrevistó con dos funcionarios de policía de la Comisaría de Información.La entrevista se celebró el día 11 de agosto, martes, en un chalé de la Inteligencia Militar argelina situado en el extrarradio de la capital.

Antxon estuvo tenso y nervioso, pero nada agresivo. Ofreció un nuevo argumento para defender la negociación directa entre el Gobierno y ETA: la escasa representatividad y la reducida valía personal de los dirigentes de los partidos nacionalistas vascos. En su argumentación, los contendientes eran el Estado español y ETA, y por eso nadie más tenía razón para intervenir. Tampoco HB, que no es representante del Movimiento Nacional de Liberación, sino simplemente un grupo más de ese movimiento que lidera ETA como organización militar del mismo.

Otro argumento relativamente nuevo fue que ellos sabían que ETA no lograría la victoria militar, pero sí contribuiría decisivamente a la victoria política. Para alcanzarla, ETA no descartaba su propia inmolación.

Aseguraba que la organización estaba fuerte y que, "pese a las caídas, ETA siempre resurge". Hacía incursiones históricas para reforzar sus argumentos y se remontaba a los Reyes Católicos y a las guerras carlistas. Su empeño era demostrar que el pueblo vasco siempre había estado en guerra con el Estado español.

Con todo, se sentía satisfecho de su propio papel y de su nueva situación. Estaba dispuesto a actuar, bien como interlocutor, bien como simple mensajero

Los funcionarios argelinos aseguraron que había tenido cinco contactos telefónicos.Con la que se había armado decidimos que sería conveniente iniciar un proceso de contactos bilaterales con los líderes o portavoces de todas las fuerzas parlamentarias. Convendría tener interlocutores permanentes y lo más afines posible a los temas de seguridad. Facilitaríamos información y quizá podríamos evitar declaraciones o tomas de posición precipitadas o poco convenientes. Consulté esta iniciativa y, una vez autorizada, la pusimos en marcha. Tuvo continuidad y resultó práctica, positiva y conveniente para todos (...).

El 18 de septiembre, nuevo contacto en Argel. Otra vez un funcionario de la Dirección de la Seguridad del Estado, con Echeveste. De nuevo tiene lugar en un chalé en el extrarradio de Argel. Comenzó a las 16.15 y duró media hora aproximadamente. Inicialmente estuvo presente un oficial miembro del Servicio de Inteligencia Militar argelina.

Echeveste manifestó desde el principio que quería ser breve y que le iba a transmitir una contestación de ETA que tenía escrita. Se ponen de acuerdo en que proceda a dictarla, a fin de tomarla literalmente para que no haya errores.

El contenido era el siguiente:

1. A partir de este momento, los contactos, si se quiere seguir avanzando, han de mantenerse en estricto secreto, tal como fue remarcado en la visita anterior por la delegación española. Si se producen fugas, el corte será inmediato.

2. La organización no quiere continuar ningún contacto con miembros del Ministerio del Interior ni siquiera con agentes políticos camuflados como adjuntos al ministerio, siendo válido únicamente el ministro. Ésta será la última vez que nos encontraremos. A partir de ahora, el puente de transmisión de comunicaciones son las autoridades argelinas.

3. La organización requiere del Estado español un interlocutor político gubernamental al más alto nivel posible, a fin de iniciar una fase de conversaciones de carácter político encaminadas a un posible futuro y marco de acuerdos.

4. La fecha para el próximo encuentro político está en función de la contestación que se les transmita del Estado español.

Al pedírsele aclaraciones manifestó que el interlocutor por parte de ETA sería él mismo y que recibida una contestación podría celebrarse un nuevo encuentro al cabo de 10 o 15 días. Antxon parecía considerarse representando un papel muy importante que le había atribuido ETA. Se presentaba un tanto engolado, jugando al intelectual serio, aunque, eso sí, no exento de expresiones un tanto crispadas que denotaban su preocupación. Era evidente, no obstante, que no querían aparecer más, por obvias razones formales, hablando preferentemente con los funcionarios de la policía. Buscaban casi con desesperación tener un interlocutor político. Necesitaban imperiosamente esa imagen.

Los argelinos, sin embargo, transmitieron una impresión positiva. Entendían que ETA buscaba una salida lo más honrosa posible. Otros miembros de la banda. en Argelia, estaban expectantes. No se atrevían a manifestarlo

con claridad, pero resultaba evidente que estaban esperando algo.

La conclusión para nosotros fue la de que, aunque podían encontrarse elementos favorables, lo más aconsejable era no hacerse ilusiones.El 25 de septiembre explota un artefacto colocado bajo el coche particular de un policía nacional de Baracaldo, Vicente Montoya Salazar. No podrá superar las heridas recibidas y morirá el día 2 de octubre. También resultó herida su esposa, que le acompañaba.El domingo 27, los abertzales de HB deciden celebrar, en competencia con el PNV el que denominan Gudari Eguna, que no es mas que un pretexto para promover diversos alborotos. Lo malo es que en San Sebastián colocan un coche bomba que hace explosión al paso de un vehículo patrulla de la policía. Resulta muerto el conductor, Wenceslao Maya Vázquez, y heridos otros cuatro policías y dos mujeres canadienses que estaban en las proximidades.Otros contactos con ETAAnte la fuerza de los acontecimientos, los humos de la dirección etarra se rebajaron un tanto,según las transmisiones de Antxon a los funcionarios argelinos que éstos hacen llegar a nuestra DSE.Por ello, el 15 de octubre, Julen Elgorriaga se desplaza a Argel para un nuevo encuentro, con la esperanza de encontrar la vía que termine de una vez con la violencia terrorista en nuestro país. ( ... )Julen describió a Antxon como un hombre de 1,75 a 1,80 metros de estatura, proporcionado de peso, con bigote, gafas de montura de concha blanca y algunas canas, no muchas. Lo vio con una apariencia distinta a la de las fotos que conocía. Vestía traje normal, moderno y con corbata. Julen iba de cazadora.Tras las presentaciones y decidir el tratamiento de "usted", Julen le dijo que estaba allí porque ellos lo habían pedido y con voluntad de buscar una salida a la situación. Antxon volvió a manifestar que su postura estaba clara, "que era la alternativa conocida y que querían saber cuál era la alternativa del PSOE". Pensaban que "negociar a partir de su alternativa era iniciar la negociación con desventaja". Posiblemente quería decir que, en una discusión o debate, el punto de partida de cada parte refleja sus máximas aspiraciones, por lo que, si de veras se quiere llegar a un acuerdo en el transcurso de la misma, si se produce acercamiento de posturas, esas aspiraciones se verán disminuidas.

Cuando Antxon trató de definir el encuentro preguntando si estaban ante negociaciones o conversaciones, Julen le contestó que era mejor seguir hablando y poner el nombre al final, lo que al otro no le pareció mal.

Hablaron de todo un poco y Julen le dijo que queríamos mantener el contacto incluso sabiendo, como sabíamos, que operativamente ellos estaban mal tras las últimas actuaciones policiales. Nuestra idea era la de que ahora tenían la oportunidad de terminar de la mejor forma posible para ellos.

Antxon consideró interesante la conversación, aunque echó de menos unas propuestas más concretas. Parecía tener prisa por terminar y ofreció continuar al día siguiente.

En el segundo encuentro, en el mismo lugar y a la hora ya indicada, comenzó Antxon diciendo que él iba a transmitir que la conversación había sido "interesante e instructiva" y proponer pasar de la fase "instructiva a la constructiva". Insistió en que el secreto de la existencia de conversaciones debía mantenerse a toda costa y, como condición "indispensable" para la continuación de las mismas.

Julen le expresó su decepción porque su interlocutor no tenía capacidad de decisión y eso era una pérdida de tiempo. Antxon replicó que él tenía la representación necesaria, pero que ellos tomaban sus decisiones "colegiadamente" y tenían "más dificultades de comunicación" que nosotros.

Se le volvió a transmitir que para nosotros el objeto de las conversaciones era vestir el muñeco de una salida para su organización, a fin de que terminara de una vez todo tipo de violencia. Se le comunicó sin ningún tipo de disfraz que ninguna cuestión política sería discutida con ellos por dos razones: la propia convicción y la prohibición expresa de las fuerzas políticas de la misma comunidad vasca.A estas afirmaciones, Antxon contestaba con la necesidad de introducir algún contenido político, pero sin agresividad ni en el tono ni en las formas. Pareció sensible, aunque no contestó de forma expresa, a la sugerencia de que en un momento bajo para ellos les convendría utilizar cualquier pretexto para anunciar, como buena imagen, una suspensión de la actividad terrorista. No les convenía estropear la oportunidad que se les presentaba.

Se despidieron, quedando emplazados para una nueva reunión. Julen, en sus reflexiones posterlores consideraba posible llegar a un acuerdo en nuestros términos. La incorporación de otros interlocutores podría difícultarlo. A su juicio, empezaban a considerar una posible participación en la vida política. Julen también ad vertía que no eran sólo un grupo de delincuentes. Se consideraban a sí mismos como idealistas y no buscadores de medro personal. Para Julen, los interlocutores de esa gente debían ser conocedores de la realidad del País Vasco, de su historia, de las pretensiones de ellos y del estado presente del grupo. Se debía ser firme en las propuestas, dialogante sin prepotencia y paciente. Consideraba conveniente llevarles en la siguiente ocasión alguna propuesta concreta de alivio para la situación de algunos de sus presos.

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