El accidente colapsó la N-V durante tres horas y media

La carretera de Extremadura se convirtió en la tarde de ayer en una trampa para miles de conductores. El trágico siniestro de la avioneta, ocurrido en plena hora punta, a las 17.20, originó el caos en ambos sentidos de la nacional V. El atasco se extendió a. la M-30, la M-40, la carretera de Andalucía y la carretera de Barcelona. Según la Drección General de Tráfico, la caravana de coches alcanzó ocho kilómetros a la salida de la ciudad, y llegó a Móstoles en sentido contrario.Hasta las 20.30, los coches que entraban a Madrid pasaron por un embudo: la autovía para entrar en la capital había quedado reducida de tres carriles a uno, ya que los restos de la nave ocupaban la mayor parte de la calzada. "No sé qué es más impresionante: el atasco que me he tragado o el accidente que estoy viendo", decía el conductor de un camión que se dirigía a Villaviciosa de Odón.

Para salir de la ciudad, la caravana fue similar. Aunque la carretera estaba despejada, los conductores pisaban el freno para contemplar la escalofriante escena de la aeronave clavada en plena carretera. "El atasco empieza en la M-30, pero menudo tortazo que se han dado", decía una mujer desde el asiento de un Golf. "Hemos tardado una hora en superar el atasco, una hora", repetía la conductora de otro coche.

En directo

Desde la sala de pantallas de la Dirección General de Tráfico casi se contempló en directo el accidente, ya que hay una cámara a 50 metros del lugar del siniestro. "Por nuestro monitor se ha visto el accidente, pero no se ha llegado a grabar, puesto que en ese momento no estaba funcionando el vídeo", explicó un portavoz de Tráfico. "Ha sido un milagro que ningún coche se estrellase con la avioneta", añadió.

A la carretera de Extremadura acudieron 30 miembros de la Guardia Civil de Tráfico, agentes de la Unidad de Intervención Policial, dos UVI móviles del 061, ambulancias del Samur y de la Cruz Roja, bomberos de la Comunidad y la capital y Policía Municipal.

El grupo municipal de IU reiteró ayer su propuesta de trasladar las pistas de vuelo del aeródromo de Cuatro Vientos por su proximidad al barrio de San Ignacio de Loyola, la carretera de Extremadura, la M-40 y la línea de cercanías de Renfe C-5 (Fuenlabrada-Atocha-Móstoles).

"Es inadmisible que las pistas de vuelo estén cerca de la población, que sólo tienen la carretera de la Aviación como separación. Cualquier día puede ocurrir un siniestro con consecuencias muy graves", indicó a Europa Press Julián Rebollo, concejal de IU y portavoz de este grupo municipal en Latina.

Los vecinos del barrio de San Ignacio de Loyola se tomaron la noticia del accidente sin sobresaltos. "Estamos acostumbrados al ruido de los aviones, pero no a los accidentes", señaló Adrián, vecino de Aluche.