Le Pen protagoniza una batalla campal al intentar agredir a la rival de su hija
El líder de la ultraderecha francesa, Jean-Marie Le Pen, arrojó ayer un borbotón de fascismo sobre las últimas horas de campaña electoral. Le Pen participó en una batalla campal en Mantes-la-Jolie (oeste de la región parisina) y, protegido por su servicio- de orden, intentó agredir a la candidata socialista, Annette Peulvast-Bergeal, quien resultó conmocionada. La candidata ultraderechista en la circunscripción es Marie Caroline Le Pen, hija del presidente, del Frente Nacional (FN).Cuando Le Pen llegó a Mantes-la-Jolie para apoyar la campaña de su hija, una decena de personas, entre ellas la candidata socialista, se situaron frente a la sede electoral del Frente Nacional y le increparon. Le Pen estaba arropado por el temido Departamento Protección Seguridad (DPS), el servicio de orden del FN, cuya ¡legalización se ha planteado varias veces el Gobierno francés por el hecho de que sus miembros van armados con pistolas.
Como respuesta a los gritos del puñado de manifestantes, Le Pen y sus hombres se lanzaron contra ellos. La socialista Peulvast-Bergeal quedó aprisionada contra un muro y Le Pen trató de asestarle un puñetazo, aunque un miembro del DPS contuvo a su jefe en el último momento. La policía intervino para poner fin a la trifulca. Peulvast-Bergeal, con su banda de alcalde rota y una crisis nerviosa, fue hospitalizada durante unas horas.
La agresión inicial de los ultraderechistas fue conocida rápidamente en la ciudad. Numerosas personas, que llegaron a ser unas 200, buscaron a la comitiva lepenista, que recorría un mercado, para bombardearla con huevos. Le Pen y su hija se refugiaron en un café, de donde tuvieron que salir protegidos por el DPS. En un comunicado, el FN afirmó después que los manifestantes habían tratado de impedir "la libre circulación" a Le Pen y su hija. "Soy un hombre libre en. un país libre; si me cierran el paso, empujo", declaró por su parte un sonriente Le Pen.
El día anterior, jueves, el líder de la ultraderecha ya había franqueado sus propios límites con una escena grotesca en su mitin final: Le Pen paseó por el escenario con una reproducción de la cabeza de Cathèrine Trautmann, alcaldesa socialista de Estrasburgo, depositada sobre una bandeja. "Es el partido del odio, no hacía falta el simulacro de mi decapitación para saberlo", se limitó a comentar Trautmann.
Mientras Le Pen se peleaba, los demás candidatos remataban su campana con paseos en mercados y pequeños actos simbólicos, como los que reunieron al socialista Lionel Jospin con la ecologista Dominique Voynet y el comunista Robert Hue. A medianoche comenzó la jornada de reflexión ante la decisiva votación de mañana, domingo, en la que la izquierda francesa parte con ventaja.
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