"En Yugoslavia hemos fracasado todos"

A Carlos Westendorp, nuevo alto representante para Bosnia, le gustaría dejar al término de su estancia en los Balcanes "un país en vías de integración en las instituciones europeas". Pero el hasta ahora representante español en la ONU es consciente de que el camino hacia ese objetivo sigue sembrado de minas. Westendorp, que sucede en Sarajevo a Carl Bildt, hace un llamamiento a una nueva movilización de la comunidad internacional a favor del porvenir de Bosnia.Embajador de España ante la ONU desde el verano de 1996, Westendorp, de 60 años, fue, entre diciembre de 1995 y mayo de 1996, el último de los ministros de Exteriores de los Gobiernos socialistas de Felipe González.

Pregunta. Usted apenas acaba de instalarse en Nueva York con su esposa y un hijo de dos años. ¿No se lo ha pensado dos veces antes de aceptar el desafío de representar a la comunidad internacional en Bosnia?

Respuesta. Es evidente que voy a perder calidad de vida. El puesto de Bosnia es en sí mismo difícil y complejo, y, además, significa no poder llevar una vida familiar, porque voy a tener que vivir en Sarajevo sin mi esposa y mi hijo. Pero también conlleva una llamada a la responsabilidad y a mi viejo compromiso con Europa.

P. ¿Cómo se gestó su candidatura?

R. Creo que en principio estuvieron pensando en ex primeros ministros, como Felipe González o Margaret Thatcher, pero ellos no estaban disponibles y entonces pensaron en ex ministros. Abel Matutes me sondeó para saber si podía interesarme que se presentara mi candidatura al puesto. Yo me tomé un tiempo para pensar los pros y los contras, pero me fueron animando los ingleses, los holandeses, Javier Solana...

P. Usted ha estado casi un curso escolar en la ONU. ¿Qué le ha parecido más interesante?

R. Me he encontrado con unas Naciones Unidas en crisis, y eso siempre le da cierto picante. He vivido el veto norteamericano a la reelección de Butros Butros-Gali y la elección como nuevo secretario general de Kofi Annan. Me he encontrado con una crisis financiera de las Naciones Unidas debida básicamente a que el principal accionista (EE UU) no paga los atrasos. He comprobado que las Naciones Unidas necesitan una reestructuración y una cura de adelgazamiento profundas.

P. Usted va a representar en Bosnia a una coalición singular de fuerzas -EE UU, OTAN, Unión Europea, Rusia, Organización de la Conferencia Islámica-, lo que parece subrayar el fracaso de dos de las instituciones en las que ha trabajado: la UE y la ONU. El conflicto de Bosnia sólo se detuvo cuando Washington decidió intervenir a fondo.

R. En Yugoslavia hemos fracasado todos. El error de las Naciones Unidas fue que lo consideró como un conflicto puramente humanitario, sin tener en cuenta que hacía falta manejar de una forma muy contuadente el uso de la fuerza. No se puede pensar en una ayuda humanitaria sin tener todos los medios para hacerla cumplir. La Unión Europea tuvo en un principio dudas y vacilaciones lógicas, porque Yugoslavia era un país que se rompía y hay una tendencia a no dejar que los países se rompan. Pero tampoco EE UU tuvo una política coherente con lo que pensaba: los norteamericanos no lo veían como un conflicto humanitario, sino como una: guerra de agresión, y, sin embargo, tampoco pusieron los medios necesarios para cortar esa agresión.

P. Apenas queda un año, hasta el verano de 1998, de presencia militar norteamericana para hacer cumplir Dayton.

R. Sí, y queda muchísimo que hacer. Se han hecho progresos notables en lo que se refiere al montaje de un sistema institucional común. Las instituciones están puestas, pero ahora hay que hacer que funcionen.

P. ¿Cuáles son sus prioridades?

R. Lo más inmediato son las elecciones municipales de la primera mitad de septiembre. Dado que tienen que ver directamente con la convivencia interétnica, es imprescindible que sean limpias, democráticas y queridas por todos.

P. ¿Cómo van a poder votar las personas expulsadas de sus hogares durante la guerra?

R. La vuelta voluntaria de los refugiados es imprescindible, pero antes hay que crear condiciones de seguridad y prosperidad en la zonas donde deben volver, y eso no se va a conseguir totalmente de aquí a las elecciones. En ése como en otros asuntos comparto lo que dijo la secretaria de Estado norteamericana: hay que ayudar a los que colaboren a que funcione el proceso de Dayton; y viceversa: hay que ser muy firmes con los que no quieren que ese proceso siga adelante.

P. El tema de los criminales de guerra amargó la vida a su predecesor, Carl Bildt.

R. En Dayton se establece que todas las personas acusadas de crímenes de guerra deben comparecer ante el Tribunal Internacional de La Haya. para ser juzgadas. Y ello no sólo porque es una cuestión de principios y justicia elemental, sino porque es un factor elemental para el éxito del proceso de paz.

P. Usted. ha aludido a cierto cansancio de la comunidad internacional en relación a Bosnia.

R. No es fácil atraer la atención de la opinión pública, y por tanto, la presión que la opinión pública hace sobre sus Gobiernos, si no existen imágenes horribles. Pero yo creo que debemos transmitir la idea de que el tema de Bosnia es muy importante para Europa. Si se volviera a reproducir el conflicto, sería un descrédito para la UE y la OTAN y dramático para la seguridad de todos los europeos.