Prodi aprueba un ajuste de dos billones en 1998 para reducir el déficit, pero sin precisar la medidas para lograrlo
Los sindicatos y los comunistas italianos tenían ayer motivos para estar contentos. Los empresarios y la derecha se mostraban, en cambio, fríos. El Gobierno de Romano Prodi aprobó un Documento de Programación Económica y Financiera (DPEF) para el próximo trienio que prevé un ajuste de 25 billones de liras (más de 2,1 billones de pesetas) en 1998.La relación del déficit con el Producto Interior Bruto (PIB) debería descender, así, al 2,8%. Pero el documento del Gobierno pudo ser aprobado sólo gracias a que deja sin precisar las medidas que permitirán ese objetivo.
La único concreto que se dice en el documento es que 15 billones de liras del recorte procederán de reducciones del gasto, mientras que los 10 billones restantes derivarán de un aumento de los ingresos fiscales. Incluso esta distribución del esfuerzo hubo de ser modificada por la presión de los sindicatos y de Refundación Comunista, que aporta unos votos imprescindibles para la supervivencia del Gabinete. El plan previó inicialmente una intervención de 17,5 billones de liras sobre el gasto y de sólo 7,5 billones de liras sobre los ingresos, pero esas cifras fueron modificadas tras las consultas de rigor.
El Gobierno sostiene ahora que el cambio no implicará un esfuerzo adicional para el contribuyente medio, ya que los 2,5 billones de liras en que se ha incrementado la previsión de ingresos se lograrán reforzando la lucha contra la evasión, como piden la izquierda y los sindicatos, y no mediante nuevos impuestos.
El veto de los sindicatos y de Refundación Comunista ha impedido, en cualquier caso, que el documento aprobado ayer enuncie. siquiera las líneas generales de la reforma del Estado de bienestar, y especialmente del sistema de pensiones, que prepara el Gabinete. Dicha reforma comenzará a ser discutida con los sindicatos el próximo 18 de junio para ser aprobada junto con los presupuestos de 1998 antes de las vacaciones de verano.
El ministro del Tesoro, Carlo Azeglio Ciampi, explicó únicamente que, de los 15 billones de recorte del gasto, unos 10 corresponderán al Estado del bienestar y a las trasferencias a empresas públicas. El resto, se atribuye a mejoras generales en la gestión de los recursos públicos.
Prodi afirmó ayer que, con este plan y con los ajustes adicionales de 14 billones de liras y 6 billones de liras programados para 1999 y 2000, respectivamente, "Italia presenta sus cartas en regla" para entrar desde la primera fase en la unión económica y monetaria europea.
Antonio Marzano, responsable económico de Forza Italia, calificó, en cambio, el plan de "ilusorio, fiscal, reticente y recesivo", porque no concreta reformas estructurales y encubre aumentos de impuestos. La patronal aplaza su juicio hasta que se precisen las medidas de contención del gasto.
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