Fuenlabrada y San Sebastian critican la ley taurina para conservar, el "purismo" de los encierros
Los dos municipios que el año pasado influyeron más en la redacción del Reglamento de Espectáculos Taurinos Populares de la Comunidad de Madrid, han presentado decenas de alegaciones al mismo aunque no han tenido problemas al aplicarlo. Ambas localidades lo justifican en "salvaguarda purista" de los festejos y solidaridad con los pueblos más pequeños, que no pueden pagar en ocasiones los elevados montos del seguro obligatorio. Además, el concejal de Festejos de San Sebastián ha calificado de "medida imposible" el control del alcohol mediante el cierre de bares propuesto por el consejero de la Presidencia, Jesús Pedroche.
Fuenlabrada (164.000 habitantes) bombardea de alegaciones el decreto regional en un ejercicio de purismo taurino. Influye el hecho de que uno de los asesores de alcaldía, José Luis Sánchez Palacios, sea un antiguo matador de toros. Entre sus observaciones se propone "tener más en cuenta las tradiciones", que la seguridad de los corredores "se adecue a las realidades de cada municipio", que el vallado de protección pueda ser tanto horizontal como vertical, que el Servicio Regional de Salud aporte una dotación sanitaria adicional en cada festejo o que se renuncie a regular el número de participantes, "porque la inscripción previa es una medida difícil de realizar", enumeró el concejal de Cultura, Pedro Martín (PSOE).En cuanto a San Sebastián de los Reyes (58.000 vecinos) cuyos encierros son los más representativos y antiguos de la región, y a pesar de que tampoco ha tenido problemas, ha presentado más de una veintena de alegaciones, aunque sus técnicos elaboraron el borrador del reglamento por encargo de la Comunidad. El concejal de Festejos de San Sebastián, Ángel Escribano (PSOE) las ha explicado como "un intento de unir sentido de la fiesta y seguridad, así como de garantizar a municipios con menos recursos la pervivencia de sus fiestas"; algunas piden que el director de lidia se mantenga durante el encierro en su ubicación tradicional (dentro de la plaza), o que encierros que vayan seguidos de una suelta de vaquillas se consideren como un espectáculo unitario. Otras reivindicaciones son "por solidaridad con otros municipios", como que se puedan usar vallados verticales en las zonas no peligrosas.
Respecto a la posibilidad de controlar la ingesta de alcohol por parte de los participantes en los encierros con el adelanto de la hora de cierre de bares propuesta por el consejero Pedroche, Escribano aseguró ayer que es una "muestra de desconocimiento". "Cuando los encierros comienzan, los bares apenas llevan una hora abiertos y están sirviendo desayunos", dijo Escribano. En cuanto a realizar controles de alcoholemia, lo calificó de "medida imposible": "Los corredores pueden incorporarse en cualquier fase del recorrido y a veces suman varios miles".
44 localidades han presentado alegaciones, sobre todo por quejas por la elevada cuantía de los seguros exigidos por la Comunidad, por lo que piden una colaboración financiera del Gobierno regional.
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