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La OCDE cierra un pacto contra los sobornos en las relaciones económicas internacionales

Estados Unidos está convencido de que sólo en los dos últimos años los sobornos de empresas o Gobiernos para conseguir contratos internacionales han hecho perder a las empresas estadounidenses más de 45.000 millones de dólares (6,52 billones de pesetas) en un centenar de acuerdos que éstas tenían probailidades de ganar. Por esta razón, Washington celebra como un importante triunfo el acuerdo anticorrupción que será firmado hoy en París por los 29 miembros de la Orgazación para la Cooperación y el Desarrollo económico (OCDE), el club de los países más, desarrollados del mundo.

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El pacto convertirá en ilegal, a corto plazo, el pago de sobornos de empresas a funcionarios extranjeros. Según el acuerdo, largamente perseguido por los norteamericanos y resultado de un entendimiento final entre EE UU, Francia y Alemania, a finales de este año se firmará un acuerdo anti-soborno que obligará a introducir en las legislaciones nacionales de los países firmantes normas en las que se tipifique como delito que una empresa pague comisiones para conseguir un contrato en otro país.Esas leyes especificarán que no sirve como excusa el socorrido argumento de que el pago de comisiones se ajusta a los usos locales y que se perseguirán todos los casos en los que haya una para hacer negocios mediante soborno. Para no fiarse exclusivamente de la buena voluntad de los países firmantes, está previsto un sistema de garantías por el que cada Gobierno podrá controlar si el resto cumple con las normas anticorrupción.

El acuerdo final fue anunciado el sábado por la noche por la responsable de Comercio de EE UU, Charlene Barshefsky. "Este acuerdo supone un paso adelante fundamental contra el soborno internacional", afirmó William Daley, secretario de Comercio, que encabeza la delegación de EE UU en la reunión de hoy y que agradeció en un comunicado el trabajo de los ministros de Economía de Francia y Alemania, Jean Arthuis y Günter Rexrodt. Estos dos países, con el apoyo de Japón y España, se resistían al traslado del acuerdo a las legislaciones nacionales y preferían que se negociara una convención internacional de carácter vinculante.

En España, Francia, Alemania y otros países miembros de la OCDE el pago de comisiones a funcionarios extranjeros no sólo no es delito, como en EE UU, sino que es una práctica legal fiscalmente deducible. [En España, según expertos fiscales, la legislación permite pagar comisiones del 5% en contratos de importación y del 10% en operaciones de exportación].

EE UU consideraba papel mojado cualquier declaración de intenciones que no fuera acompañada de normas como la ley de Prácticas de Corrupción en el Extranjero de 1977, la legislación que prohibe a las empresas norteamericanas pagar comisiones para ganar contratos en el exterior.

El compromiso final consiste en una combinación de los dos puntos de vista: la elaboración de leyes nacionales, que deben presentarse a los respectivos Parlamentos antes del 1 de abril de 1998, y su aprobación durante el resto del año, mientras se llevan a cabo en el seno de la OCDE negociaciones para establecer un acuerdo internacional contra el soborno. Este acuerdo debería servir para establecer mínimos, puesto que existe un margen de maniobra para que los países castiguen con mayor o menor dureza la práctica del soborno en el extranjero.

La satisfacción por el acuerdo no nubla el juicio de los norteamericanos, que saben que las comisiones internacionales tienen una dimensión multimillonaria y que hay países con una fuerte tradición en este campo que no van a modificarla de la noche a la mañana. Los casos de Corea del Sur y México -nuevos miembros de la OCDE- se citan con frecuencia, igual que los de China, Indonesia y otros países asiáticos.

Por otra parte, empresas multinacionales y países de la Unión Europea acusan a empresas norteamericanas de participar en el juego de la corrupción mediante diversos procedimientos para burlar su legislación y hacer llegar a los interesados las comisiones necesarias para asegurarse contratos y negocios.

Sin negar esta participación en la oferta y la demanda de las comisiones, Transparencia Internacional, el grupo multinacional que aboga por la desaparición de los sobornos, afirma que hay una enorme mayoría de empresas de EE UU que se ven perjudicadas por la competencia desleal de las compañías de países en los que se permite e incentiva el pago de comisiones. Para Fritz Heiman, presidente del grupo y ejecutivo de General Electric, el desafío mayor del acuerdo será controlar su cumplimiento de manera eficaz.

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