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Entrevista:

"El pacto gallego no es extrapolable, pero abre un debate necesario"

Xosé Hermida

El resto de España acaba de descubrir a Anxo Guerreiro, de 51 años de edad, coordinador general de Esquerda Unida-Esquerda Galega (EU-EG) y el hombre que ha levantado las iras de Julio Anguita, el coordinador general de Izquierda Unida (IU), por su decisión de coligarse con el PSOE para tener alguna posibilidad frente a Manuel Fraga. Pero Guerreiro o Geluco, como le conoce todo el mundo, es un veterano batallador, apreciado por sus adversarios políticos, que entró en el PCE a los 22 años y se fajó en solitario en el primer Parlamento gallego. Un decenio jalonado de fracasos electorales no le han hecho arrojar la toalla. Guerreiro, un químico que nunca ejerció en esta actividad, sigue militando en el PCG y no apostata de su fe comunista. Aunque asegura que el pacto con los socialistas gallegos es ya irreversible, se esfuerza por no tensar la cuerda con Anguita.Pregunta. La reacción de Anguita no le habrá sorprendido...

Respuesta. Contábamos con los recelos de IU, que tiene plena legitimidad para expresarlos sin ambigüedad, como ha hecho. Pero el propio comunicado de IU deja la puerta abierta a que se reconduzca la situación, dependiendo del programa. A nosotros nada nos molesta más que la polémica con IU. Haremos todo lo posible por recobrar la unidad de criterios.

P. EU-EG apela a su soberanía, pero la dirección federal insiste en rechazar el acuerdo. ¿No hay un riesgo de ruptura?

R. Por nuestra parte, ninguno. Vamos a tomar una decisión, previa consulta a las bases, amparada por la legitimidad y la legalidad. Porque desde hace cinco años tenemos un protocolo con IU que establece claramente que cualquier divergencia, si se produce, se resolverá por la negociación bilateral; y, en caso de no haber acuerdo, nosotros tenemos la última palabra. Esas conversaciones las va a haber y creo que, cuando se conozca el programa, IU podrá tener una posición favorable.

P. ¿Es irreversible su decisión de coligarse con el PSOE?

R. En cuanto lo apruebe la organización, ya no es negociable porque será una decisión soberana. Lo que presentaremos a IU es el programa, que, además, se someterá a referéndum entre las bases de EU-EG.

P. Ustedes pactan con un partido al que Anguita parece considerar casi como su adversario principal.

R. Este acuerdo no es extrapolable fuera de Galicia, y menos en unas elecciones generales. Lo que sí abre es un debate necesario en el conjunto de la izquierda. En España hay dos partidos que recogen la base social de la izquierda y los dos van a seguir existiendo como fuerzas diferentes y autónomas. Es bueno que una y otra acaben reconociendo que existen las dos y que ambas no se pueden excluir. La confrontación democrática y civilizada no tiene por qué impedir la colaboración en determinados momentos.

P. ¿Y la teoría de Anguita de las dos orillas?

R. Ya hace tiempo que no le escucho eso. Tampoco hay que caricaturizar a Anguita. Él presentó un programa de 31 puntos para la colaboración con el PSOE y después de las elecciones del 93 le ofreció negociar un pacto de Gobierno, pero ellos prefirieron aliarse con CiU. Si hay una revisión de lo que ambos hemos hecho en el pasado y miramos hacia el futuro, seguramente es posible la colaboración con el PSOE desde bases programáticas. Y Anguita no creo que se oponga, siempre que se haga desde esas bases.

P. ¿En qué ámbitos se puede concretar esa colaboración?

R. Las diferencias políticas y programáticas no se van a solventar de forma puramente voluntarista. Pero hay posibles puntos de encuentro. Por ejemplo, en el modelo de Estado. La forma en que Pujol está ejerciendo de árbitro de la política española comienza a exasperar a muchos ciudadanos. IU debería discutir con el PSOE las condiciones para una colaboración de la izquierda que permita formar una mayoría tras las próximas elecciones que no dependa de partidos nacionalistas. Es sólo un ejemplo.

P. ¿No es excesivo el afán de hegemonía del PCE sobre IU?

R. En Galicia eso no ocurre, pero en IU es verdad que existen disfunciones y tensiones. No sólo por el PCE, sino porque conviven diversos partidos. La V Asamblea, que se celebrará en diciembre, debería poner las bases para resolver este asunto y hacer de IU un movimiento político-social sólido, desde los principios del voto individual y la plena soberanía de IU con respecto a los partidos que la integran.

P. ¿Apoyaría la disolución del PCE?

R. Yo soy militante del PCG y mi condición de comunista no me impide trabajar por la plena soberanía de EU-EG. El PCE se equivoca muchas veces y mantiene algunas posiciones que yo no comparto. Pero mantengo mi militancia porque en España todavía hay una base cultural de anticomunismo, y no quiero hacerle el juego a eso.

P. Algunos militantes, incluso el propio Anguita, se quejan del secretismo, de las conversaciones con el PSOE.

R. Entre el día 8 y el 9 de este mes nos llamaron los compañeros del PSOE para plantearnos la posibilidad del acuerdo. Yo, personalmente, consulté con casi todos los miembros del consello nacional y de los comarcales; en total, unas 150 personas. El noventa y muchos por ciento me dijeron que, con las condiciones que se nos ofrecían, debíamos ir adelante. Luego, la ejecutiva lo aprobó por unanimidad y en ese momento lo presentamos a IU.

P. Ustedes han sido muy críticos con la gestión de Francisco Vázquez como alcalde de La Coruña. Incluso le han involucrado en casos de presunta corrupción. Será un sapo duro de tragar...

R. Si algún cargo público del PSOE, o de EU, tuviese algún problema de irregularidad, no dudaríamos en denunciarlo, incluso en los juzgados. Esto no va a coartarnos en nuestro control de la limpieza democrática. Tenemos un pacto electoral, no una atadura a nuestra independencia.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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