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Rebecca rompe trabas a la comunicación

La Cámara de los Lores británica ordena que una joven sorda reciba un subsidio para pagarse un intérprete

Isabel Ferrer

Rebecca Halliday, una muchacha británica de 22 años sorda de nacimiento, arañó ayer otra porción del mundo sensorial que le ha sido negado. Según la Cámara de los Lores, representante máxima de la justicia en el Reino Unido, Rebecca tiene derecho a recibir un subsidio estatal para abonar los servicios de un intérprete del lenguaje de signos que utiliza. Su única vía de comunicación con el exterior se verá así reforzada por la presencia de un acompañante que le permitirá relacionarse mejor con los demás, viajar con soltura y hacer amigos con más facilidad, sin la traba a veces infranqueable del silencio.En un ejercicio semántico que le ha valido el aplauso de los grupos de apoyo a los minusválidos, cinco lores calificaron de "vital" la capacidad de relacionarse con los demás, algo solicitado por la joven desde hace ocho años. Asombrado y algo confuso, el Ministerio para la Seguridad Social calificó de "deseable" pero no "esencial" su deseo de comunicación más allá de lo urgente o realmente indispensable.

La decisión sienta, además, un precedente legal. Hasta ahora, el ministerio sólo otorgaba dichas subvenciones en caso de extrema necesidad. La calidad de vida del sordo o el ciego no suele medirse por el número de amigos o salidas lúdicas sumadas por el afectado. Para Rebecca Halliday y millares de discapacitados en todo el país la realidad es bien distinta. En el Reino Unido, los sordos cuentan incluso con una asociación caritativa que les proporciona perros guía. El animal está adiestrado para alertar al dueño de ruidos extraños, llamadas de teléfono o alarmas contra incendios e inundaciones domésticas. Fuera del ambiente protegido del hogar, sin embargo, cualquier acción cotidiana, como tomar un tren, puede resultar una tarea imposible. "Si cambian los horarios o los andenes y no aparece nada en las pantallas, no puedo preguntar a nadie. Al cabo de un rato, la gente me rehúye", explicaba ayer la joven ante las cámaras de la BBC. Con el apoyo del intérprete, las señales de su lenguaje serán convertidas en el mensaje que ella, y los cinco lores que vieron su caso, consideran de suma, importancia."No todo puede hacerse con un perro guía. Hay cosas que requieren el apoyo de alguien que sí ve y no siempre está a tu lado dispuesto a ayudarte", reconoció también ayer en la televisión un grupo de ciegos nada más conocer la decisión de la Cámara de los Lores. David Blunckett, actual ministro de Educación y ciego de nacimiento, es un buen ejemplo de lo saludable que resulta el contacto social frecuente. Unido a una voluntad férrea y al afán de superarse, comunes a la mayoría de estos discapacitados, él disfruta de la compañía constante de los demás. Hasta ayer ciudadana anónima, Rebecca Halliday, que no ha dudado en llegar hasta la última instancia judicial del país, había agotado antes la vía del Supremo. El Tribunal de Apelación de Londres le permitió hace dos anos acudir a la Cámara de los Lores como último recurso.

. Para los responsables de la Seguridad Social, el precedente legal sentado va más allá de la semántica. Tan necesario puede ser un empleo como llevar una vida lo más normal posible, arguyen los juristas. El intérprete -acompañante con ciegos y otros minusválidos- no será barato, aunque el monto total de la operación está aún por evaluar. Con la presencia de este ayudante, Rebecca podrá valerse mejor por sí misma y aligerar la carga familiar e incluso social en que muchos discapacitados temen convertirse. "Tendremos que analizar la resolución de la Cámara y luego cada caso en particular. Antes de tomar una decisión, veremos a qué podemos atenernos desde el punto de vista económico", han dicho con cautela los portavoces del ministerio dirigido por la laborista Harriet Harman.

La titular de la Seguridad S Social está obligada a evaluar el peso de lo necesario si quiere ahorrar gastos. Ahora puede verse obligada a desembolsar varios millones de libras en aras de un matiz lingüístico. La cartera que acaba de heredar de los conservadores no consideraba "razonablemente necesarias" las relaciones sociales, humanas para ellos, de los discapacitados. Reconocerlas puede costarles muy caro a las arcas públicas.

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