Precisiones

Sin duda no les falta razón a los firmantes de la carta Objetores publicada el pasado día 3 de mayo, y desde luego no es mi in tención contestar a la pregunta formulada en la misma, que tiene destinatario concreto. Pero no he resistido la tentación de hacer algunas precisiones sobre el tema.En primer lugar, quisiera matizar que presté el servicio sustitutorio entre los años 1994 y 1995, y en absoluto he compartido el modo en que se ha regulado por el legislador la objeción al servicio militar. Ahora bien, ciñéndonos al asunto del haber de vestuario, parecería lógico pensar que estuviera destinado a subvenir las necesidades que el cumplimiento de la prestación social supone al colaborador: pues bien, nada más lejos de la realidad. La utilización de ese haber ha sido, en su mayor parte, con el objeto no de subvenir a las necesidades del servicio, sino para provecho propio, es decir: comprarse buena ropa para uso personal sin dar más explicaciones, puesto que tampoco se pedían.

Con esto quiero significar que todos somos responsables, en la parte que nos toca, de la utilización de fondos públicos para el fin con el que se han creado, y desviarse del mismo no es sino una apropiación indebida, aun que lo sea a pequeña escala. Puede parecerme mezquina la actitud del Ministerio de Justicia ante este asunto, pero quizá actitud del colectivo de objetor en el pasado no ha sido todo limpia que uno hubiera deseado.-