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"Me gustaría un Gobierno menos tímido y menos pasivo en el plano europeo"

El primer secretario de los socialistas franceses, Lionel Jospin, desea que "los franceses decidan su opción en función de las orientaciones y las propuestas para un periodo de cinco años". Jospin defiende una auditoría de las finanzas públicas.Pregunta. Usted ha afirmado que la cohabitación con el presidente de la República no tendrá ningún problema si la izquierda gana las elecciones legislativas. ¿Significa que su posición sobre Europa, por ejemplo, no difiere de la de Jacques Chirac?

Respuesta. Desde un primer momento, y en consonancia con mi posición en el momento de la firma del Tratado de Maastricht, definimos las condiciones de la transición hacia el euro. Constato que actualmente, al menos de palabra, la derecha coincide con las condiciones que hemos propuesto. Éste es un terreno en el que no veo dificultades, a menos que Chirac se convierta en una especie de ultramaastrichtiano. Me alegra comprobar la coincidencia en torno a las posiciones socialistas sobre la participación desde el principio de Italia y España en el euro, sobre la necesidad de tener un gobierno económico frente al Banco central y sobre un pacto de crecimiento.

P. Pero su pacto de crecimiento da la espalda al pacto de estabilidad adoptado en Dublín y supone un cambio de política económica..

R. Es cierto, pero el pacto de estabilidad añade condiciones que no están en el Tratado de Maastricht. El pacto de estabilidad es de un super-Maastricht y es una concesión que el Gobierno francés ha hecho de manera absurda a los alemanes o a ciertos medios alemanes. No tengo ninguna razón para sentirme comprometido con dicho pacto. Hay más de tres millones de parados en Francia, más de cuatro millones en Alemania; no hay más inflación en Francia que en Alemania. No adoptemos, pues, políticas económicas que fueron diseñadas para el periodo anterior. Los desequilibrios están tanto en el lado de la demanda como del crecimiento. No veo por qué Europa tendría que continuar durante 10 o 15 años como una zona de baja presión económica comparada con los otros grandes conglomerados económicos.

P. ¿Por qué cree usted que puede conseguir lo que Jacques Delors intentó repetidas veces sin éxito?

R. Jacques Delors no pudo aprovecharse de lo que representaría la llegada de un Gobierno de izquierda en Francia después de la llegada de la izquierda en el Reino Unido. Con los alemanes y el canciller Kohl, que tiene una verdadera perspectiva europea, se pueden discutir estas cuestiones. Me gustaría un Gobierno francés menos tímido y menos pasivo en el plano europeo. Tenemos un Gobierno que se hace perdonar su falta de disposición europea por una especie de docilidad ante las peticiones de los otros. Hay una serie de terrenos en los que estamos dispuestos a demostrar que defendemos una verdadera política europea.

P. ¿Cuáles serían las primeras decisiones de un Gobierno de izquierda?

R. Este Gobierno de izquierda no existe, y no estamos en la segunda vuelta de las elecciones legislativas. ¿Qué les puedo decir? Habrá una auditoría sobre las finanzas públicas. Habrá los primeros contactos en el plano europeo. Habrá que preparar la conferencia salarial, que tendrá que abordar los problemas de la evolución de los beneficios, la reducción de la jornada de traba o con la problemática de la ley marco y las negociaciones por sectores y empresas.

P. ¿Teme usted estar sometido a una cierta impaciencia de parte de su electorado, es decir, a una presión del Partido Comunista y de los sindicatos, para el cumplimiento de los compromisos adquiridos?

R. Desde el primer día hemos explicado que decimos lo que haremos y que haremos lo que decimos. Lo que me interesa es lo que se hará en una legislatura. La teoría de los "cien días" está muerta. Copyright Le Monde / El PAÍS

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