El Leganés se divierte a costa del Almería

Pues habrá que deducir que era el riesgo del descenso el que ha tenido bloqueado al Leganés en los últimos tiempos. Porque ayer, con la permanencia ya asegurada, los de Sánchez Duque se lo pasaron de vicio en su campo, donde consiguieron una victoria cómoda, tranquila y feliz, un hecho éste que no se producía desde el principio del campeonato.Y se divirtió el Leganés a costa de un Almería que ejerció magníficamente de lo que es: un equipo sufridor, que se desmorona con facilidad en cuanto las cosas se le tuercen. Y ayer se le torcieron desde el primer instante. Tocó el Leganés a rebato tras escuchar el pitido inicial y, cuando su rival se enteró, ya tenía un gol en el saco.

Fue Miguel Angel, como de costumbre, el que abríó el grifo. Se ha acostumbrado el Leganés a depender de él. Como hace meses dependía del añorado Moisés. Valiente se mostró Sánchez Duque al apostar por una alineación ofensiva a más no poder. Fue tenaz el cuadro local en su ataque. A la portería rival acudió con machacona insistencia. El hecho de no tener nada que perder le envalentonó. Y le hizo demostrar su calidad, escondida durante demasiado tiempo. Y la calidad en este equipo la suele poner Alfredo, otro de los culpables del matutino paseo de ayer. Otro resucitado para la causa.Al borde del descanso consiguió Juanmi el 2-0 y aquello quedó resuelto. O tal vez ya lo estaba. Quedaban 45 minutos, pero poco quedaba por dilucidar. Se estiró algo el Almería y el protagonismo pasó a manos del árbitro, que expulsó a un jugador por equipo. También fue protagonista Julio Iglesias, que evitó cualquier atisbo de sufrimiento. Si alguna esperanza tenía el Almería, él se la robó. Paniagua disfrutó de un par de ocasiones claras, pero nada cambió.

En el último instante Gorka firmó el resultado definitivo. Pero por entonces el Almería ya había arrojado la toalla. O quizá, y esto es lo más probable, ni siquiera tenía toalla que arrojar.