Comienza el juicio a Bernard Tapie
Un tribunal deberá aclarar qué se hizo con 2.500 millones en sobornos y sobresueldos
En el banquillo se sientan 20 personas. Pero el principal acusado del juicio abierto ayer en Marsella puede acabar siendo el fútbol europeo. En el proceso contra 20 antiguos responsables del Olympique de Marsella (OM) entre los años 1987 y 1993, la época del hoy encarcelado Bernard Tapie, deberá aclararse dónde fueron a parar 101 millones de francos (unos 2.500 millones de pesetas) desviados de la contabilidad oficial. Según los fiscales, ese dinero fue utilizado para pagar sobresueldos a varios jugadores y, sobre todo, para sobornar árbitros o jugadores contrarios.La sesión se abrió entre grandes medidas de seguridad y Bernard Tapie, ex presidente del OM, llegó con retraso. Procedía de la cárcel de régimen abierto de Baumettes, donde cumple una condena de ocho meses por haber sobornado a jugadores del Valenciennes para que se dejaran ganar en la Liga de 1991. El ex dirigente futbolístico, ex ministro de Ciudades y ex empresario es acusado de falsificación, abuso de confianza y de bienes sociales, y se arriesga a una condena de cinco años.
La investigación sobre las cuentas del OM, que ha durado cuatro años, ha permitido sacar a la luz las entretelas más sucias del fútbol europeo. El ex director general del OM, Jean-Pierre Bernés, uno de los principales acusados junto a Tapie, ha reconocido que "una suma de cinco o seis millones de francos [de 125 a 150 millones de pesetas] se destinaba cada año a comprar partidos de Liga y de Copa de Europa".
Varios encuentros internacionales tendrán una prórroga penal en el Palacio de Justicia de Marsella. El OM-AEK de Atenas de 1989, por ejemplo, cuyo árbitro, el austríaco Kohl, recibió al parecer casi 30 millones para favorecer a los franceses. Kohl murió en 1992. El OM-Spartak de Moscú de 1991 también estaba bajo sospecha: el fiscal cree que varios jugadores rusos se repartieron unos 50 millones pagados por el club marsellés a cambio de que no se esforzaran demasiado en el terreno de juego.
Tres intermediarios se sientan en el banquillo: el portugués Manuel Barbosa, el francés Alain Migliaccio y el croata Ljubo Barin. El croata reconoció ante el juez instructor que había pagado casi 30 millones de pesetas al fallecido árbitro austríaco del partido OM-AEK de Atenas: "Tapie me dijo varias veces con toda claridad que había que hacer todo lo necesario para que el OM ganara, por todos los medios posibles. Se refería indudablemente a la corrupción de árbitros", declaró Barin.
La defensa de Tapie y de la mayoría de los acusados intentará demostrar que el dinero desviado de la contabilidad oficial no se destinó a comprar partidos, sino a pagar sobresueldos a los jugadores. Esos sobresueldos rondarían los cuatro millones de francos (unos 100 millones de pesetas) y serían abonados, en el momento de la contratación, a través de bancos instalados en paraísos fiscales. Los abogados defensores aseguran que todos los grandes clubes franceses hacían lo mismo en la época, para compensar la presión fiscal y ser competitivos frente a los clubes de otros países, y podrían citar como testigos a los principales dirigentes del fútbol francés. El proceso durará tres semanas.
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