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Tribuna
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Mostovoi contra todos

No sólo Madrid, Barça, Sanz y Núñez, fueron protagonistas de la jornada. El recuerdo a Quincoces estuvo presente en muchos estadios. En Tenerife, la afición demostró que no olvida a Rommel Fernández a los cuatro años de su muerte. Y en el Calderón muchos ojos siguieron de cerca a Antic y a Luis Fernández. Que no se saludaron. Pero el hecho más significativo lo protagonizó el céltico Mostovoi. Tras un lance del partido se fue al banquillo quejándose de una lesión. Los que allí estaban, con especial empeño por parte de Moisés, le obligaron a seguir, pues ya estaban hechos los tres cambios. Tras el segundo gol del Sporting, regresó a toda velocidad al banco con la intención de agredir a Moisés. Perplejo se quedó Castro Santos, el técnico, cuando vio que el ruso estaba presto para el puñetazo. "Tienen un carácter muy especial", dijo después. La actuación de sus compañeros evitó males mayores, que no el ridículo del futbolista ruso.

EL TELÉFONO DE GONZALEZ DE CALDAS, AL DESCUBIERTO

El desquiciante momento que vive el Sevilla, atenuado por el espectacular triunfo de ayer, tuvo de nuevo su reflejo en las gradas del Sánchez Pizjuán. Donde se pudo ver una enorme pancarta en la que alguien había escrito con trazo grueso el teléfono particular de González de Caldas, su presidente, cuyo empeño en seguir al pie del canon, y a los pies de los caballos, comienza a ser más que peligroso. Para él y para el Sevilla.

MANEL MARCÓ PARA EL LOGROÑÉS OCHO MESES DESPUÉS

Pocos como Manel han sufrido tanto el cambio de categoría. Consiguió de modo espectacular el trofeo de máximo goleador de Segunda División la pasada temporada, con 27 goles. Su debut en Primera tuvo buena pinta. Logró tres goles en las tres primeras jornadas. Y ahí se quedó. Ayer firmó el segundo gol del Logroñés ante el Betis, el que certificaba la victoria. Horrores cuesta no acordarse de aquello de "a buenas horas"... Su víctima, el Betis, no querrá volver a asomarse por Las Gaunas. Porque de allí no ha sacado una victoria en sus cinco apariciones.

EN ZARAGOZA, POYET HOMENAJEADO Y KONRAD KO

No todas las aficiones reaccionan igual ante el adiós de alguno de sus ídolos. O quizá no todos éstos son capaces de explicar los motivos de su despedida. La afición del Deportivo no perdona a Djukic que se vaya. Ni su más que presumible fichaje por el Valencia. La del Zaragoza, en cambio, ha aceptado de buen grado el traspaso de Poyet al Chelsea. Tanto es así que ayer se vio en uno de los fondos una enorme camiseta con el 11 de Poyet. Y salieron a relucir varias pancartas donde se le agradecían los servicios prestados. El penúltimo de ellos, el gol que derrotó ayer al Espanyol. La alegría del uruguayo contrastó con el mal fario que parece perseguir a Konrad, que cayó lesionado y tuvo que retirarse con un corte en la tibia de cinco centímetros. El austriaco no ha parado de acumular desgracias desde su llegada a España. Él fue la víctima de aquel criminal petardo que cayó en San Mamés. Y que le hirió.

EL RAYO YA SABE LO QUE ES UNA TARJETA ROJA

Vaya día vivió el Rayo. Presumía hasta ayer de ser el único equipo de la categoría que no había visto una tarjeta roja en las 36 jornadas disputadas. Vio la primera. De Quintana tuvo el dudoso honor de romper tan aseado registro. Pero las desgracias de los de Vallecas no se quedaron ahí. Porque empieza a ser el rayista un conjunto al que le sobra un minuto. El último. Ayer, por cuarta vez, tiró por la borda todo su trabajo cuando al reloj le quedaba un suspiro para detenerse.

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