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La OMS reafirma la eficacia de las vacunas contra las alergias

La sensibilización respiratoria afecta al 20% de la población

Las vacunas contra la alergia son eficaces y seguras, han concluido los expertos reunidos recientemente en Ginebra para fijar el nuevo consenso internacional en el tratamiento antialérgico propiciado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). En el cónclave, donde participaron miembros de las academias europeas, americana y japonesa de alergia, se especificó que los buenos resultados de la vacunación dependen de que el tratamiento se aplique de manera personalizada, se sustente en el diagnóstico de un alergólogo, y se dirija a la raíz de la patología y no sólo al alivio de los síntomas.Actualmente, las alergias de tipo respiratorio con afección a ojos, nariz y bronquios afectan al 20% de la población de los países desarrollados, revistiendo un carácter crónico en el 12% de los habitantes. Dichos porcentajes denotan un aumento respecto a la situación en décadas anteriores, cuando se situaban en el 15% y 7%, respectivamente.

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En Ginebra se debatieron las tasas de cobertura de las distintas vacunas disponibles, las cuales varían en función de los antígenos causantes de la alergia. La mayor protección la otorgan las vacunas contra las provocadas por picaduras de abejas y avispas, con un 95%-98% de eficacia. Le siguen las inmunizaciones contra epitelios de gato, ácaros y pólenes, cuya cobertura se sitúa entre el 85% y 90%, y en un tercer puesto se clasifican las vacunas contra las reacciones a las esporas de los hongos, cuya protección oscila entre el 40% y 60%. La disparidad de las coberturas obliga a un cálculo meditado de los riesgos y beneficios de cada medicamento al prescribirlo.

Una vacuna antialérgica se elabora a medida del enfermo. Cada alérgico es un mundo distinto; por eso, el primer paso obligado consiste en determinar las sustancias que disparan su reacción alérgica (los antígenos). "La confección de las vacunas ha variado radicalmente en los últimos veinticinco años", recuerda Emilio Álvarez Cuesta, experto en alergia de la OMS. "Antaño, en el caso de un alérgico al polvo doméstico, le hacíamos traer la bolsa de su aspiradora y con el contenido preparábamos la solución inmunizadora. Hoy, la biología molecular nos permite llegar a precisar qué proteínas de las heces de los ácaros presentes en el polvo del hogar producen la alergia".

Preparada la vacuna a base de dichos antígenos, el paciente deberá inoculársela a lo largo de un periodo de tres a cinco años sin interrupción, con una frecuencia semanal al comienzo y luego, una alcanzada la dosis óptima, cada uno o dos meses. Aparte de los beneficios concretos en la curación de los síntomas, Ias vacunas entrañan ventajas de tipo preventivo, pues se ha demostrado que previenen el desarrollo del asma y ataja la aparición de sensibilizaciones a otros antígenos, un fenómeno frecuente en muchos pacientes", apunta Álvarez Cuesta.

Si bien está suficientemente confirmado que las vacunas modifican el curso de la enfermedad, añaden los expertos, no hay que pedirle a la inmunoterapia todas las soluciones. A menudo, una persona alérgica únicamente a los gatos acaba de cuajo con todos sus síntomas con el sencillo expediente de alejar a los felinos de su entorno a habitual; en estos casos, la vacunación no es necesaria.

Lo que la reunión de Ginebra no ha logrado dilucidar es el misterio del funcionamiento de las vacunas, vale decir, los mecanismos de su eficacia. Una hipótesis sugiere que la inmunoterapia favorece la producción de linfocitos TH1, encargados de contener la proliferación de linfocitos TH2, cuya liberación en cascada desencadena la reacción alérgica. Persiste la incógnita acerca del incremento de la población alérgica en los países del Norte. "Se han establecido asociaciones entre la tendencia expansiva de la patología y el aumento de la contaminación, un vínculo especialmente visible en los casos de gemelos genéticamente idénticos, de los cuales el que residía en zonas industrializadas de Europa desarrollaba alergias mientras que el hermano que se aposentaba en las colonias de ultramar no", explica el asesor de la OMS. "Pero en cómo y en cuánto incide la contaminación en la patología es un interrogante cuya respuesta permanece en la penumbra. Lo cierto es que las alergias parecen representar el tributo que debemos pagar a una sociedad industrial", concluye.

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