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Todas las mañanas sin falta

La Escuela-Teatro de la Danza huye de los tópicos. Por 6.000 pesetas al mes, uno de los precios más bajos en este tipo de instituciones, no ofrece diversión, sino esfuerzo y casi dedicación exclusiva. Las clases se imparten por la mañana para evitar a los que buscan el teatro sólo como ocio, y hay que justificar las faltas de asistencia.Tampoco da falsas esperanzas. No es una forma de entrar por la puerta de atrás en la compañía. Para algunos espectáculos se recurre a los alumnos, pero nadie tiene garantizado codearse con Héctor Alterio, Emma Penella o Miguel Narros, alguno de los ilustres colaboradores que han participado en los montajes. La Escuela-Teatro de la Danza no es un taller de pueblo, sino una fábrica de profesionales.

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Una escuela forma actores que bailan y bailarines que actúan

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