El Barça se mantiene en la tempestad
Estudiantes no asumió sus reales posibilidades ante un equipo en plena crisis
El Barça, descompuesto y sobrecogido por el miedo, logró mantenerse ayer a flote ante Estudiantes. Fue un respiro para el equipo azulgrana y una ocasión perdida para su rival. El enrarecido ambiente que se vivió en el Palau Blaugrana y las bajas locales tras su quinta final perdida en la Euroliga condicionaron el partido. El debate abierto en el seno del equipo y de la afición azulgrana es de tal magnitud que salpica cuanto acontece en la cancha. Ayer, para empezar, se recibió a Aíto García Reneses con una bronca monumental. Una buena parte de la afición le achaca al técnico la mayor parte de la culpa de las derrotas europeas. Y Karnisovas y Andreu presenciaron el partido desde el banquillo, vestidos de calle, a causa de sendas lesiones. Y Djordjevic, crítico con Aíto tras la final de Roma, perdió su puesto en el quinteto titular. Fue, sin duda, una buena ocasión que Estudiantes desperdició.El equipo del Ramiro no dio la sensación en ningún momento de asumir sus posibilidades reales de triunfo. Lo fió todo a su puntería con los triples -un 50% de acierto- y a un ritmo de partido pasado de revoluciones que, junto a las fases en que el Barça se desquició, derivó en un marcador cambiante y situaciones opuestas.
El inicio del Barcelona fue nefasto, con siete pérdidas de balón en los nueve primeros minutos. Estudiantes hizo diana en sus primeros cuatro intentos triples. Y sin embargo, el equipo madrileño no se fue en el marcador. Apenas tuvo cuatro puntos de ventaja (15-19) pero enseguida se vio superado por la mejor dinámica de juego del Barça bajo los tableros. Estudiantes acabó de demostrar su escasa convicción cuando impuso una defensa en zona que fracasó por completo y que ayudó al Barça a dar un primer estirón (44-32).
Las segundas opciones que aprovechó Carlos Jiménez tras el descanso y el caudal de puntos que aseguró Thompson volvieron a igualar el partido. Los vuelcos en el marcador iban y venían a un ritmo frenético: 210 para Estudiantes (63-58), 11-4 para el Barça después de un nuevo desastre de la zona defensiva de Estudiantes (81-67) y un 0-10 para los madrileños que aseguró un final muy apretado (81-77).
Estudiantes no encontró nunca situaciones de lanzamiento intermedias. O se marcaba un triple, o rascaba una segunda opción con sus rebotes ofensivos -15 por tan sólo 14 defensivos- o entraba hasta la cocina y acababa machacando. Pero sus intentos de lanzamiento desde uno a cuatro o cinco metros, es decir, las más habituales, fueron nefastos: acabó con un pobre 37% de acierto.
Pero el final fue igualado porque el Barça derrochó sus 14 puntos de ventaja dejando en evidencia su estado inestable y su desconfianza en sus propias fuerzas. Carlos Jiménez puso a tiro de partido a los suyos: 90-88 a falta de 38 segundos para el final. Los fallos en los tiros libres y en el último intento desde más allá de la línea de 6,25 metros de Thompson acabaron dejando el triunfo en el Palau Blaugrana.
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