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Frank Sinatra, sin postizos

El famoso cantante y actor norteamericano es hoy el protagonista de "La noche temática' de La 2

Diego A. Manrique

Asombroso: toda una Noche temática de La 2 dedicada a Frank Sinatra cuando el artista todavía respira. En España, Sinatra ha sido utilizado habitualmente como un pelele fácil de golpear, un blanco perfecto para columnistas y periodistas que ansían presumir de antiamericanismo e ironizar sin riesgos sobre las amistades peligrosas de un personaje antipático.Todavía urge remachar lo obvio: que Sinatra puede ser políticamente incorrecto en grado superlativo, pero eso no disminuye su grandeza como vocalista. Una grandeza que se basa en su olfato para utilizar espléndidos arreglistas y orquestas, su imperial dominio del prodigioso tesoro de la canción standard estadounidense y su arte para insuflar la intensidad de la experiencia vivida a ese sublime cancionero.

Afortunadamente, La noche temática de hoy se centra en su trayectoria artística. Sólo uno de los tres documentales incluidos, Los años felices: 1943-65 (a las 21.30 horas), contiene brochazos de su tormentosa biografía, indispensables para recordar que hubo una época en que Sinatra era u fracasado, más conocido como el marido de Ava Gardner que por un talento que se suponía pasado de moda. Sin embargo, ella presionó para que le dieran un papel en De aquí a la eternidad, que le proporcionó un oscar y facilitaría su recuperación musical, con una voluptuosa serie de grabaciones para la marca Capitol.

Los años felices también aporta curioso material: un cortometraje donde Frank Sinatra enseña tolerancia a un grupo de niños, un concierto en un presidio, el gamberreo con Dean Martin, Sammy Davis Jr. y otros miembros de la rat pack (la banda de las ratas).

Los shows (1.15) ofrece un resumen de sus programas de televisión, donde protagonizó algunas tibias transgresiones: una escena erótica con Kim Novak, apariciones con Louis Armstrong, Ella Fitzgerald y selectos artistas negros. Sin embargo, lo más llamativo son los fragmentos de Welcome home, Elvis, un especial de 1960 donde coge al Presley recién licenciado del ejército norteamericano.

Los acompañantes de Sinatra vuelven una y otra vez sobre la popularidad de Elvis y el cambio de gustos entre los jóvenes; Sinatra soporta las pullas e incluso hace el payaso con Elvis, pero algún rictus revela que la situación le revuelve las tripas.

Sinatra graba (0.45) presenta una de sus últimas sesiones en el estudio: con la colaboración de Quincy Jones, registrando temas de L. A. is my lady (sí, luego grabaría los artificiales discos de Duets, pero mejor olvidarlos). La Voz ya se ha desgastado e incluso parece trabajar con displicencia, sin apenas calzarse los auriculares, pero no ha perdido ni swing ni precisión.

"Es un perfeccionista, se trae los deberes hechos", comentan los intimidados espectadores. El mejor Sinatra: tan aparentemente relajado que disimula sin problemas su intensa concentración, enunciando letras y sentimientos con pasmosa claridad, haciendo gala de inventivos fraseos jazzísticos, ajustando sus decrecientes recursos al contexto instrumental. Un maestro despidiéndose en el invierno de sus años.

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