Otro día de desgracias para Carlos Sainz
El español sufre una avería en el tubo de escape, mientras Makinen y Liatti son líderes
Saludar al príncipe Felipe y quizá sumar algún punto para ese objetivo cada vez más lejano que se llama título mundial. Son las cosas que le quedan por hacer a Carlos Sainz en el Rally Cataluña. Otro, quizá se hubiera ido ya para casa. Ayer, en la segunda etapa, una nueva avería, en el tubo de escape, se añadió a las desgracias del piloto madrileño en su rally preferido para mandarle al abismo de la clasificación. Terminó el día en décima posición, a años luz de la apasionante batalla por la victoria que mantuvieron, y van a proseguir hoy en la última jornada, el finlandés Tommi Makinen (Mitsubishi) y el italiano Piero Liatti (Subaru). Anoche, ambos compartían el liderato.El príncipe de Asturias visita hoy el Rally Cataluña. Una de sus intenciones era ver en acción al mejor piloto español de todos los tiempos. Pero por poco se queda con las ganas, pues Sainz rozó ayer otro abandono. Suerte tuvo que la rotura del tubo de escape y la posterior avería en la transmisión se produjeron justo antes de una de las zonas autorizadas para la asistencia mecánica. Si no, quizá hubiera podido explicarle muchas cosas a Su Alteza, pero desde fuera del coche.
La enésima avería en el frágil Ford dejó a Sainz en la l2ª posición de la general y sin ninguna opción a nada. Aunque después de la reparación el Escort funcionó mejor, sólo logró remontar dos lugares. Pero aún no está dentro del exclusivo sexteto que da acceso a los puntos para el mundial. El resultado final del Cataluña, que concluye esta tarde con una etapa de cinco tramos y 101 kilómetros cronometrados, puede dejar al piloto madrileño muy lejos de la lucha por el campeonato. Los otros notables, Makinen, Liatti y McRae, pueden cobrar una ventaja importante después de cubrirse el primer tercio de la temporada.
Después de sus dos segundos puestos en Montecarlo y Suecia, sobre superficies atípicas, en cuanto el mundial ha puesto los pies sobre terreno corriente, el Ford Escort de Sainz ha mostrado debilidad frecuente y ha ofrecido un rendimiento pobre. A los abandonos en el Safari y Portugal ha seguido la penitencia de estos días por las carreteras de España.
Un oscuro futuro
El problema para Sainz y para Ford es que el futuro tampoco es halagüeño, aunque se agarren a lo abultado del calendario para aguardar la luz en su túnel. A pesar de que a la larga vida de este Campeonato del mundo le quedan 10 rallies cuesta creer que pueda llegar a la altura de los Subaru y los Mitsubishi. Dentro de tres semanas en Rally de Córcega, también sobre asfalto, sospecha una prestación igual de discreta. Apenas hay tiempo para el trabajo de mejora sobre un coche que parece haber nacido como perdedor. Pero el doble campeón mundial no pierde la esperanza, al menos cara al exterior. "Hay que seguir trabajando", dice. "No podemos hacer otra cosa".
. Sólo le queda morirse por dentro por no poder batirse por la victoria, por no participar de la tensión que van a vivir hoy Makinen y Liatti. Ayer, después de más de 200 kilómetros y más de tres horas de competición, ni un segundo les separaba. McRae hubiera podido convertir la lucha en tripartita pero sufrió un pinchazo que le retrasó hasta el cuarto lugar, superado por el francés Panizzi, que con su Peugeot 306 de la categría F-2 (coches de dos ruedas motrices y motor sin turbo), volvió a ser la sorpresa.
También el joven navarro Jaime Azcona, con otro Peugeot, hubiera merecido ese calificativo porque ocupó el cuarto lugar absoluto durante mucho tiempo. Pero en el último tramo se quedó sin dirección asistida y acabó noveno. Hoy luchará por ser el mejor español nada más y nada menos que frente a su ídolo, Carlos Sainz, a quien seguro que el príncipe Felipe no podrá entregar trofeo alguno en el podio de Lloret de Mar.
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