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Un Montecristo carnal y poco vengativo

El actor francés Gerard Depardieu presenta en Cannes su primera incursión televisiva

Un Gerard Depardieu pletórico y exultante compareció ayer en un escenario que no le cuenta entre sus habituales. El. gran actor francés presentaba en el Mercado Internacional de Programas de Televisión (MIPTTV) su primera incursión televisiva, de la mano de un héroe fuera de lo común, Edmond Dantés, el Conde de Montecristo, un personaje sin fronteras, de esos que buscan ávidamente, aquí en Cannes, las grandes coproducciones.

"Mi personaje es más carnal y menos vengativo y justiciero que el del libro", reconoció Depardieu, que a la nueva versión, que comenzará a rodarse próximamente, aporta esa desbordante humanidad a la que nos tiene acostumbrados, haga en el cine de papá de una adolescente en una comedia ñoña (Mi padre, qué ligue) o del último Cyrano del que tenemos memoria (Cyrano de Bergerac). Su Montecristo no es el aséptico personaje de Dumas, sino alguien mucho más efusivo en sus apetitos y emociones, más sensual. "Un bulímico de la vida", como lo describe el autor de la adaptación, Didier Decoin, que lo ve más próximo a la personalidad exuberante del propio Dumas que a la de su criatura.

Adaptación fiel

En realidad, desde que se supo que Depardieu iba a ser la nueva reencarnación del personaje de Dumas, empezó el trabajo duro de Decoin, un hombre que no desconoce las expectativas y, exigencias de un medio como la televisión. La adaptación es fiel sin que la lealtad a su memoria pierda de vista que esta vez era un histrión como Depardieu el que iba a dar cuenta de él. Conociendo el importante imaginario que sobre el personaje atesoran los millones de lectores y aquellos que piensan en previas versiones teatrales y cinematográficas, Decoin no ha dudado en tallarlo de nuevo a la medida del actor. Para Depardieu el personaje es ahora "más cercano y asequible, más humano".Se cuenta que el tema de la novela tiene su origen en una anécdota recogida en Memoires tirées des Archives de la police de Paris, de Jacques Peuchet. La noche de su boda, Edmond Dantés, un humilde marino, es .apresado en Marsella, en 1815, y falsamente acusado de bonapartismo. Durante 14 años, tras los barrotes del castillo de If, Dantés sólo pensará en la venganza de los que han buscado y aprovechado su perdición. Un compañero de celda, el abate Faria, pone en sus manos un tesoro escondido en la isla de Montecristo, con el que nuestro héroe dará cumplida cuenta de sus ansias de revancha.

En la historia, así contada, ve Didier Decoin "un eco sorprendente de la vida actual, con una impresionante modernidad en las situaciones", excepto en el terreno del amor, cuestión nada desdeñable en esta contemporaneidad nuestra en la que perspectiva y héroes femeninos copan terreno sin tregua, al menos en el mundo de la televisión.

Dantés, dice Decoin, es "un héroe un poco aséptico, no pierde la cabeza por las mujeres". Por eso, le ha enmendado la plana a su amado Dumas creando una delicada historia de amor entre Edmond y una viuda deliciosa y delicada que ha bautizado con el nombre de Camille. Es distinto también el proceso por el que se realiza el ascenso social del antiguo y humilde marino hasta convertirse en dueño y señor de los salones más prestigiosos de París.

Más delgado, pero con la simpatía y grandeza que le caracteriza, Depardieu no sólo defendió en Cannes su primera aventura televisiva -"un proyecto amado y pensado"-, en la que participa su productora (D-D Productions), sino a su nuevo empresario, la televisión. "Prefiero rodar en las condiciones en las que se trabaja ahora en televisión", dijo. No aclaró en qué televisión y para qué proyectos, pero sí tuvo tiempo en su breve comparecencia para recordar el talento que hoy acoge la pequeña pantalla, citando, amores obligan, la versión televisiva de Rojo y negro, de Stendhal, que protagoniza Carole Bouquet, y que se presentaba también en Cannes.

2.600 millones de presupuesto

Geard Depardieu tuvo buenas palabras para todos, incluida la directora, Josée Dayan, que desde ahora cuenta con un crédito más en su carrera. Haber sido elegida, como dijo en Cannes, por el gran mito francés para su estreno televisivo. Un debú en el que todos querían salir en la foto, cadenas públicas y privadas francesas. Al final, ha sido la privadaTFI la que se ha llevado el gato al agua, aunque, eso sí, desembolsando 90 millones de francos (unos 2.600 millones de pesetas) en sociedad con Mediaset de Italia y la productora del propio Depardieu.

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