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Tribuna
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Ellos también leen

Tengo un amigo que no puede leer su periódico preferido porque no es el que llevan a la cafetería de su esquina, que es donde se concede el único lujo que le permite su bolsillo: un café fuera de casa. Al principio le recortábamos y enviábamos los artículos interesantes. Como eso se hizo tedioso y prolijo, y un tanto inútil, pues nada envejece a la velocidad de un periódico, comenzamos a contárselos por teléfono: "Dice fulano en su artículo de hoy que el que tiene la culpa...".Pero no tenía la misma gracia, y poco a poco dejamos de contarle los artículos. Y como es bastante improbable que mi amigo se contagie de los puntos de vista del periódico de su cafetería, eso ha producido tal soledad e incremento de su espíritu crítico que estamos temiendo por su hígado. A las dificultades de ser una ex ejecutiva en paro, otra amiga mía que vive sola más o menos desde los 18 años se enfrenta a sus casi cuarenta a la posibilidad que se va convirtiendo en probabilidad de tener que volver a vivir en casa de sus padres, en una urbanización costera de jubilados. Ya no puede pagar el alquiler de su piso y, los músculos de su paciencia para aceptar trabajos de estudiante -eso que eufemísticamente se llaman contratos basura por no llamar a las cosas por su nombre- se han ido debilitando.

Hace tiempo que dejó de tener un coche, una Visa, una nevera silenciosa y una expectativa razonable de algo llamado vacaciones, y ahora sólo lucha por poder conservar aquello a lo que aspiraba cuando se fue de casa: un lugar independiente. Que ya no lo es, además, pues lo ha ido subarrendando a pedacitos. Ahora convive con estudiantes de Farmacia y Filología y les da consejos cuando se los piden al tiempo que va criando complejo de abuela.

Ni que decir tiene que tanto con ellos dos como con otros amigos, más jóvenes e igual de pobres, hay que tener mucho cuidado. No se puede, o no se debe al menos, comentar una película de estreno, pues ellos no la van a poder ver. Hay que comentar las de la televisión. También hay que tener cuidado para no hablar de teatro, vacaciones, ropa (incluso de rebajas), hijos (pues no pueden tenerlos aunque los quieran), viajes, restaurantes... Libros no, en cambio. Libros no, pues hoy día no es tan difícil encontrar buenos libros casi gratis (con el gran inconveniente de que están hechos en un sucedáneo de papel que se desintegra cuando uno llega a la página 88 -razón por la cual la industria cultural premia los libros breves-), y en las pocas bibliotecas públicas que van quedando se pueden encontrar buenos clásicos, aunque a veces haya que vencer la resistencia de ciertos guardianes que consideran las solicitudes demasiado regulares de lectores como un atentado contra su derecho al descanso.

En cuanto a los libros nuevos, que tardan como una década en llegar a las bibliotecas públicas (información que brindo a quien corresponda), tampoco hay problema: mis amigos pobres forman parte de esa pacífica banda de lectores que se infiltra en las librerías y, a lo tonto, a lo tonto, se va leyendo las novedades mientras por los altavoces suenan las Spice Girls.

(No creo hacer de chivato con esta información, sino rendir un homenaje a su pasión. Y poco inteligentes serían los libreros si les diera por espantarles: ese cliente sisando palabras es lo que les da la razón frente a quienes aseguran que un librero es un loco).

No son sólo ellos.

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Como bien han terminado por comprobar los encuestadores preocupados por la baja del consumo, puede que haya un montón de gente que no gasta porque está ahorrando, y otro montón que no gasta porque, tras el empacho de horterada y nuevorriquismo de los ochenta, quedó saturada para un buen rato.

Pero sigue habiendo otro montonazo que no gasta porque no sólo no lo tiene, sino que lo debe, porque figura en las listas de morosos y ya no le dan crédito, y porque poco se puede consumir con un sueldo que parece de juguete.

Todo lo cual cuento para que quede constancia ahora que, aseguran, los tipos han bajado a sólo el 6% y podemos volver a endeudarnos para otros veinte años.

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