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Un líder guerrillero narra en un libro "el desastre de la revolución en Cuba"

Miguel Ángel Villena

Fue campesino hasta que su deseo de justicia le llevó a alistarse en las filas de la revolución y analfabeto hasta que pudo aprender a leer y escribir mientras ocupaba altos cargos en el régimen comunista. Nació en 1939 en Manzanillo y se llama Dariel Alarcón Ramírez, pero sirvió a las órdenes de Fidel Castro y de Ernesto Che Guevara con el nombre de Benigno. Ese desencantado dirigente tomó el camino del exilio en 1994 y se afincó en París, donde publicó sus memorias, ahora editadas en español. "La revolución ha sido un desastre, porque fallaron tanto el sistema comunista como los dirigentes, empezando por Fidel", afirma.

A pesar de los años pasados en puestos clave de la seguridad y del espionaje cubanos, las manos de Benigno delatan su pasado campesino y guerrillero. Alto y huesudo, de hablar pausado, Daniel Alarcón muestra su absoluto desencanto con la revolución cubana hasta el punto de sentenciar: "Cuba ha demostrado el final de la utopía del comunismo". Pero todavía va más lejos cuando sostiene que una transición democrática y pacífica deviene imposible en Cuba, porque Castro se niega. "Fidel es muy testarudo", confiesa, "y no se deja aconsejar por nadie. Cree que es la única persona capaz de resolver los problemas del pueblo cubano, es decir, piensa que es indispensable. La realidad es que, después de cuarenta años, Cuba está sumida en la miseria y sometida a una dictadura férrea que lo controla todo".Benigno decidió exiliarse en 1994, persuadido de que la disidencia desde dentro del sistema era una misión imposible. Vigilado y perseguido por el régimen castrista en París, sólo la enérgica actitud de los servicios de seguridad franceses le ha permitido vivir con un cierto sosiego. Desde la diáspora publicó unas memorias que ayer presentó en Madrid con el significativo título de Memorias de un soldado cubano. Vida y muerte de la revolución (Tusquets). En su opinión, la descomposición del régimen de Castro llega a tales extremos que los jefes de su mujer, oficial de la Seguridad cubana, la animaron con envidia a que se marchara al extranjero y no volviera.

Malestar en el Ejército

Benigno señala que el acelerado deterioro de las condiciones de vida en Cuba puede provocar otro estallido social como en el verano de 1994, cuando miles de cubanos abandonaron la isla en balsas camino de las costas de Florida. No obstante, el régimen lo controla todo, según confiesa este dirigente, que ha partipado durante décadas en estos mecanismos dictatoriales. "De todos modos", matiza, "el malestar más peligroso para el régimen se centra ahora en las Fuerzas Armadas. Raúl Castro está planteando un pulso de poder a su hermano Fidel porque la capacidad adquisitiva de los militares se degrada y los condena a la pobreza y a tener que recurrir a pequeñas corruptelas". Benigno guarda, pese a todo, una devoción por el Che, a cuyas órdenes directas combatió tanto en África como en Bolivia. Quizá la muerte temprana del mítico revolucionario haya contribuido a mantener en la esfera de la pureza al barbudo que muriera en un enfrentamiento con el Ejército boliviano en octubre de 1967. Los sobrevivientes de aquella emboscada, entre los que se hallaba Benigno, lograron huir. Hombre más de acción que de reflexión, Dariel Alarcón Ramírez publicó sus memorias en Francia a modo de testimonio oral un tanto disperso. Por ello, Tusquets encargó a la escritora y traductora Elisabeth Burgos -casada en Bolivia en 1968 con Régis Debray, escritor y colaborador del Che- una adaptación más literaria de los recuerdos.

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