Regresa a París el famoso asesino de turistas de Asia
Han pasado 34 años desde que Charles Hotchand Bhawnani Sobhraj inaugurara en París su primera ficha policial. Entonces era un ladronzuelo de 18 años, hijo de un ciudadano indio y de una vietnamita que, en segundas nupcias, le transmitió la nacionalidad, francesa de su padrastro militar. Ayer, de regreso a la capital francesa, donde fue detenido durante unas horas, El Serpiente -alias de Charles Sobhraj- guarda en sus maletas 20 años pasados en cárceles de la India, de las que se ha fugado cuando ha querido, y forma parte de la leyenda criminal del siglo.Al Serpiente se le han atribuido 20 asesinatos como mínimo en Nepal, Tailandia, Pakistán o la India. Utilizando el veneno o estrangulando a los incautos hippies que buscaban el paraíso en Katmandú o Goa y dejaban sus ahorros en manos de Sobhraj. Las víctimas aparecían troceadas o abrasadas en algunos casos; en otros, abandonadas en la playa, en traje de baño, justificando el fantasma de un bikini killer. El alias viene de un proverbio hindú que afirma que "el hombre que se ahoga se agarra a la serpiente que nada".
Ayer, la policía francesa quiso interrogarle a su llegada al aeropuerto. Se trata de una visita o reaparición incómoda, pero la ley ampara a Sobhraj. Todo ha prescrito. Ha sido juzgado por varios de sus crímenes, y él mismo, convertido en abogado, logró que la justicia india admitiese, después de haber cumplido varios años de prisión preventiva, que no había pruebas para condenarle.
En Tailandia, donde le reclamaban también por vaciar los bolsillos de dos holandeses después de haberlos envenenado lentamente, no han vuelto a saber de Sobhraj. Las autoridades de Delhi estaban dispuestas a conceder la extradición, pero el astuto Serpiente se anticipó: narcotizó con nata a siete guardianes de la prisión de Tihar y salió por la puerta del penal vestido de policía. Esa fuga sirvió para aplazar el viaje forzoso hacia Bangkok, donde la pena de muerte pone fin a las sutilezas procesales de nuevos juicios y condenas menores.
Biografía
El actor Yves Rénier quiere encarnar al Serpiente en una película. El supuesto criminal está dispuesto a ganar dinero vendiendo su biografía. En 1980 ya lo hizo con Ford Coppola y un periodista australiano. "Es un predador, un tipo peligroso", dice Rénier. "Cada noche, antes de dormirse, elegía su próxima víctima. Además es un hombre bien parecido y culto, que habla con fluidez francés, inglés, alemán, italiano, español o hindi, que tenía su celda llena de libros de Nietzsche y de discos de Chopin. Es alguien que sabe seducir".Esas dotes de seductor le sirvieron para iniciar su carrera delictiva en Oriente, en Nueva Delhi, a principios de los setenta, donde enamoró a una virtuosa de la danza del vientre.
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