Los jueces amplían conocimientos con estancias en instituciones y entidades
El Poder Judicial reanuda su experiencia formativa de los dos últimos años
¿Qué hace un grupo de jueces durante una semana en la Bolsa, en las Cortes Generales, en una oficina tributaria, en la Comisaría General de Policía Científica, en el Ministerio de Cultura, en una empresa de automóviles ¡o en un periódico!? "Aprender". Esa es la respuesta que da la mayoría de los 246 jueces y magistrados que ya han participado en las 30 estancias, organizadas por el departamento de formación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) durante los últimos dos años. El 24 de febrero se reanudaron las 21 estancias programadas para 1997, con 200 participantes previstos, que harán un total en tres años de 446, el 16% de los más de 3.000 miembros de la carrera judicial.
La modalidad de formación judicial a base de estancias, importada de Francia, responde al esquema de abrir la carrera judicial a la sociedad, "de modo que el juez no sea un analista de la realidad desconectado de ella", según un documento del anterior CGPJ.
Para los actuales vocales de formación -Enrique Arnaldo y Ramón Sáez-, "el objetivo de las estancias es facilitar a jueces y magistrados un conocimiento exhaustivo de la estructura y el funcionamiento de una serie de instituciones y organismos especialmente trascendentes en la realidad social pública y privada del Estado y, por tanto, importantes desde el punto de vista de la formación integral de los miembros de la carrera judicial".
El esquema de cada estancia consiste en la permanencia de entre 8 y 12 jueces y magistrados durante cinco días en la institución o entidad de que se trate, "de acuerdo con un programa de trabajo cerrado y en estrecho contacto con responsables y directivos de la misma".
Detractores
Las estancias tuvieron como detractores en el anterior CGPJ miembros del sector conservador, reacio a innovaciones formativas alejadas de la tradicional preparación libresca y memorística del juez. El entonces vicepresidente, José Luis Manzanares, llegó a ironizar sobre si sería necesario enviar a los jueces a una mina o a un barco para que pudieran resolver asuntos relacionados con la minería o la pesca. No estuvo solo. En el pleno del 11 de noviembre de 1995 votaron también contra las estancias Margarita Mariscal de Gante -hoy ministra de Justicia-, Andrés de la Oliva, Luis Pascual Estevill y Antonio Robles Acera.En cambio, entre los asistentes a las estancias, las valoraciones realizadas al término de cada una de ellas son muy altas. La palma se la han llevado hasta el momento las estancias en la Comisaría General de Policía Científica. Los jueces y magistrados se quedaron admirados del nivel de preparación técnica del personal -doctores o especialistas en Farmacia, Biología, Mineralogía, Óptica...- y de la tecnología utilizada en balística, documentoscopia y fotografía. En materia de identificación, además del sistema clásico de la dactiloscopia, conocieron técnicas de ADN para identificar la huella genética o procedimientos de identificación por la voz.
En la Administración Tributaria, los jueces y magistrados se interesaron por la organización de la Oficina Nacional de Inspección, las explicaciones sobre paraísos fiscales y la represión del fraude fiscal.
Los jueces y magistrados que participaron en la estancia en el Ministerio de Cultura valoraron mucho lo aprendido, en especial sobre propiedad intelectual, Biblioteca Nacional, Patrimonio Histórico-Artístico y Museo del Prado.
Las estancias de 1997, que se iniciaron el día 24 en el Ayuntamiento de Madrid, tendrán dos novedades. Una es la programada presencia de 20 jueces y magistrados -en dos tandas de 10- durante cinco días en diversas instituciones penitenciaras, incluidas las cárceles madrileñas de Carabanchel, Soto del Real y Alcalá-Meco. La otra consiste en sendas estancias, de ocho plazas cada una, en el hospital Severo Ochoa, de Leganés (Madrid).
José Luis de Benito, letrado jefe de formación del CGPJ y artífice de las estancias, explica el objeto de ambas innovaciones: "Queremos que los jueces que asistan a esas estancias obtengan un conocimiento directo y amplio sobre la realidad penitenciaria, en un caso, y en el otro, observen todo el proceso que experimenta un paciente desde que entra en el hospital hasta que sale: sano y vertical u horizontal y difunto. Se analizarán desde las consultas y las urgencias hasta las autopsias y donaciones de órganos".
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