Los privados dan la espalda al proyecto deportivo del cuartel de Daoiz y Velarde
Los antiguos cuarteles de Daoiz y Velarde no seducen a la iniciativa privada. Hace un año, el Ayuntamiento de Madrid elaboró un pliego de condiciones para sacar a concurso la obra y la gestión de un polideportivo privado, pero con precios públicos en los 24.000 metros cuadrados de esta vieja Maestranza de Artillería de Retiro.Doce meses después, el grupo municipal del PP aún no ha llevado al pleno municipal el proyecto, que destina un 50% del edificio a uso deportivo, un 25% a equipamientos, y otro 25% a usos comerciales. La razón es, según el concejal de Obras e Infraestructuras, Enrique Villoria, que "las condiciones son muy exigentes y no entusiasman a las empresas".
Las compañías no acaban de ver lucrativa esta obra, que podría costar unos 3.000 millones de pesetas, en un recinto protegido por su gran valor arquitectónico. "Estamos sondeando el mercado y buscando alternativas", añade Villoria.
El anterior concejal de Retiro y actual edil de Vivienda y Personal, Sigfrido Herráez, manifestó en enero de 1996 que si la iniciativa privada no muestra interés por este polideportivo lo construirá el propio consistorio.
Poco después aseguró que había varias empresas interesadas, entre ellas la ONCE. Las asociaciones vecinales, PSOE e IU no aceptan destinar sólo un 50% a usos deportivos. Reclaman el 100% del terreno para un polideportivo y un centro cultural, dos equipamientos de los que carece este distrito de 120.000 habitantes.
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Los vecinos denuncian el abandono de los cuarteles de Retiro
La antigua Maestranza de Artillería, conocida como los cuarteles de Daoiz y Velarde, en el distrito de Retiro, está formada por dos naves de talleres, una de oficinas que da a la avenida de la Ciudad de Barcelona, y otra central, la más valiosa, cuya estructura metálica, de finales del siglo pasado, tiene la mayor protección arquitectónica. Siete años después de la marcha de los militares, todo el conjunto, situado entre la avenida Ciudad de Barcelona, la calle del Alberche y la prolongación de la calle de Téllez, está sumido en el olvido y en el abandono. Sólo una veintena de indigentes, algunos procedentes del derribado gueto de tiendas de campaña de Méndez Álvaro, han logrado rescartarlo de la inutilidad absoluta cobijándose entre sus muros. Sin agua, sin luz y rodeados de basura.Parte de la cubierta de la nave principal está reducida a un amasijo de hierros retorcidos tras la sucesión de incendios intencionados -más de seis en un mes- que sufrió el cuartel en 1992. Y el resto de los edificios aparecen llenos de cascotes, con los techos y paredes descascarillados y minados de boquetes. Sólo los muros permanecen firmes.
Kepa Lekuona, uno de los miembros de la asociación de vecinos de Retiro por la Paz, explica que ya algunos militares, antes de su marcha, se llevaron tuberías, inodoros y otros utensilios. De hecho, Defensa pagó al Ayuntamiento 40 millones de pesetas por los desperfectos existentes antes de la cesión. "El abandono, los incendios, y, en definitiva, la falta de cuidados por parte del consistorio, que está obligado a mantener el edificio, ha hecho el resto", explica.
"Nosotros hace años propusimos que se tapiasen las zonas peligrosas y se permitiese a los vecinos entrar a pasear a los cuarteles. De esa forma, manteniendo parte de su uso, el deterioro sería menor, pero el Ayuntamiento se negó y el estado del recinto empeora cada vez más", añade. Los vecinos han presentado quejas por el abandono de este recinto municipal ante el Defensor del Pueblo y la Fiscalía de Medio Ambiente.
El Ayuntamiento tomó posesión de esta antigua Maestranza de Artillería en 1990, tras la firma, nueve años antes, de un convenio entre el Ministerio de Defensa y el consistorio sobre cuarteles. A los militares se les recalificaron como edificables terrenos que vendieron después a empresas como Inmobiliaria Cajamadrid, Cooperativa Teresa de Avila o Proyectos Internacionales, obteniendo ingresos superiores a los 14.000 millones de pesetas. A cambio, el consistorio se quedó con estos 24.000 metros cuadrados contemplados desde el Plan General de 1985 para uso deportivo.
Después vino un rosario de planes desechados uno tras otro: iglesia, sede de Telemadrid, junta del distrito. Los proyectos urbanísticos no arrancan y, mientras, el edificio sólo recobra vida para esporádicos rodajes, como el de la película Madregilda, o para obras teatrales, como la escenificada en noviembre por La Fura del Baus.
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