Villalonga exige a Fomento que no dicte normas que dañan a Telefónica
El presidente de Telefónica, Juan Villalonga, aprovechó ayer su discurso ante la junta general de accionistas de la compañía para atacar otra vez al ministro de Fomento, Rafael Arias Salgado. Insistió en pedir el adelanto de la liberalización de las telecomunicaciones al 1 de enero de 1998 y pidió al ministerio "prudencia" en su papel de regulador. "Sólo exigimos", dijo, "que las reglas sean iguales para todos".
Villalonga eludió referirse ante los accionistas a todas las incógnitas abiertas sobre la estrategia de la compañía y puso el acento en la advertencia de que defenderá los intereses de Telefónica "donde sea necesario".No quiso explicar a qué reglas o aspectos de la regulación de la competencia se refería, pero en la mente de los asistentes a la junta estaban las tarifas que deberán pagar las nuevas compañías de teléfonos (Retevisión y las compañías de cable) por la interconexión a la red de Telefónica y el acuerdo sobre compensaciones a Airtel.
Villalonga recordó que ha pedido a Fomento una rebaja de las llamadas interprovinciales, libertad para ofrecer mejores precios a sus buenos clientes empresariales y un descenso de las tarifas de MoviLine. Aseguró no haber obtenido respuesta.
Villalonga aseguró que Telefónica nunca se ha financiado con cargo a los Presupuestos Generales del Estado e insistió en la necesidad de que el Gobierno permita un reajuste de sus tarifas. "El precio de las llamadas urbanas de Telefónica está entre los más bajos de toda Europa", dijo.
Sólo puntos fuertes
Había una enorme expectación por conocer cómo abordaría el presidente de la compañía su primera junta general de accionistas. Multitud de asuntos se amontonan sobre su mesa: alianzas internacionales, estrategia frente a la competencia en el mercado doméstico, oferta por Retevisión, ajuste de plantilla, televisión digital y litigio con Airtel, por citar algunos.Villalonga, sin embargo, optó por no despejar ninguna incertidumbre. Se limitó a subrayar algunos de los aspectos más positivos en la actividad de la empresa como el fuerte crecimiento del mercado de los teléfonos móviles, la expansión en América Latina, los espectaculares resultados de InfoVía y el éxito que cosechó la última oferta pública de venta de acciones. También vaticinó que quedarán menos de 10 grandes grupos de telecomunicaciones en el mundo en menos de una década y que Telefónica será uno de ellos.
En su intervención, destacó las novedades que presenta el consejo de administración tras la salida de los representantes del Gobierno y la incorporación de nueve independientes elegidos por él. Dos de los miembros del consejo de administración faltaron a la junta, Antonio Massanell, representante de la Caixa, y Martín Velasco, uno de los independientes.
La junta aprobó el informe de gestión de la compañía en 1996, que refleja un beneficio neto de 160.282 millones.
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