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Ruiz-Gallardón mete a IU y PSOE en su proyecto olímpico

José Manuel Romero

El presidente regional, Alberto Ruiz Gallardón, involucró ayer a sus contrincantes políticos (IU y PSOE) en un "proyecto fascinante": la preparación de la candidatura de Madrid como sede de los Juegos Olímpicos del 2008, del 2012 o del 2016, según convenga.El socialista Jaime Lissavetzky aceptó este reto e hizo suya la propuesta para que se cree un grupo de trabajo formado por todas las fuerzas políticas. Antes, el portavoz socialista recordó que los cimientos olímpicos de Madrid -el estadio de atletismo de Canillejas- fueron puestos por los socialistas. "Si alguien apostó por este proyecto fue el gobierno de Joaquín Leguina, que recibió por ello la Orden Olímpica", señaló. Ruiz-Gallardón agradeció la obra socialista, aunque recordó que La Peineta está inacabada, pues falta por construir la grada oeste.

El PP aprueba su proyecto de "peaje en la sombra" para financiar 84 kilómetros de carreteras

El presidente regional recalcó que en el sueño olímpico debe llevar la iniciativa el Ayuntamiento de Madrid, y anunció el respaldo "absoluto e incondicional" de su gobierno. La Comunidad ha elaborado un plan de instalaciones deportivas que, entre otras actuaciones, prevé la ejecución de la segunda grada de La Peineta como aportación autonómica más emblemática a la candidatura olímpica. "Hace falta el apoyo de las tres administraciones a este proyecto y el compromiso de todos los grupos de esta Cámara. Al final, lo vamos a conseguir", concluyó Ruiz-Gallardón.La unanimidad que pidió para la aventura olímpica se desmoronó al debatir los grupos parlamentarios el nuevo modelo de financiación que el PP pretende aplicar para construir 84 kilómetros de carreteras -M-45, M-501, desdoblamiento de la M-600 y un tramo de la M-50- cuyo coste aproximado son 57.000 millones de pesetas.

El nuevo modelo, denominado "peaje en la sombra" permite al ejecutivo autónomica aplazar el pago de las obras durante 20 años, sin tener que endeudarse de golpe. Y consiste en que una empresa privada construye y mantiene la carretera a cambio de que la Comunidad le pague periódicamente por cada vehículo que utiliza esa vía.

El consejero de Obras Públicas, Luis Eduardo Cortés, recalcó que los automovilistas no pagarán "ni una peseta" con el nuevo método. "Nosotros no queremos que haya peaje en Madrid, y por eso aplicamos este sistema de financiación", sentenció. Paradójicamente, el Gobierno de José María Aznar, del mismo partido que Cortés, hace todo lo contrario al promover cuatro variantes a las carreteras nacionales de Madrid, en las que los usuarios tendrán que pagar cada vez que las utilicen.

A la izquierda regional, el plan Cortés le parece un fraude. Adolfo Gilaberte (Izquierda Unida) defendió ayer sin suerte la enmienda a la totalidad de su grupo contra la modificación de la Ley de Carreteras, aprobada por el PP, que permite ese peaje en la sombra. Gilaberte acusó al Gobierno de Ruiz-Gallardón de "hacer los deberes" del Ministerio de Fomento. "La M-45 la tiene que pagar la Administración central, igual que ha pagado la M-30 y la M40. No entendemos por qué la Comunidad de Madrid hace este regalo al ministerio, detrayendo recursos públicos que podría utilizar en otras necesidades", apuntó Gilaberte.

El socialista Fernando Abad consideró que el nuevo sistema puede acarrear graves complicaciones jurídicas, y destacó que la financiación de las carreteras que asume la Comunidad de Madrid es consecuencia de la inexistencia de un plan Aznar de accesos similar al plan Felipe, que permitió construir la M-40 con dinero estatal. Miguel Angel Villanueva, diputado del PP, sólo encontró celos en los reproches de la oposición."Esta modificación legislativa es oportuna", afirmó.

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