ATRACO SIN TELÉFONO
Salvatore la Piana, 21 años, ha sido víctima de su mala cabeza y de la tontuna de llevarse el telefonino -el teléfono móvil, que es ya un apéndice que dentro de poco le darán a cada italiano con la partida de nacimiento- para irse a robar. El despiste de Salvatore, que por cierto ha permitido desenmascarar a toda una banda de 12 cataneses amigos de lo ajeno, que cogían el avión para ir a robar desde Catania a Florencia, ha venido a colación en el juicio que se ha celebrado contra ellos. La Piana entró con malas intenciones en una agencia de la Cariplo, caja de ahorros lombarda, y para que nada le sonara en los controles -chico precavido dejó el telefonino y las llaves de casa en el correspondiente cajetín de la puerta. Es sabido que los robos no siempre son pan comido y admiten todo tipo de imprevistos. Salvatore y dos cómplices tuvieron que salir del banco por piernas, olvidando el contenido del cajetín, regalo para la policía, que se quedó pensando que verdaderamente así se las ponían a Fernando VII.-
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