El crédito al consumo rompe la barrera del 10%

No hace falta remontarse mucho. En septiembre de 1995, los créditos al consumo del mercado español se situaban en tomo al 15%. En mayo de 1993 se acercaban al 18% y dos años antes, superaban el 20%. Desde hace unos días se pueden conseguir créditos por debajo del 10%, una barrera mínima nunca rebasada . Se trata de un doble: objetivo: ajustar la oferta credíticia a la evolución del precio del dinero y fomentar la demanda de: crédito y el consumo. El BBV fue el que abrió el fuego en febrero al lanzarel creditán, un producto por el que se puede: conseguir hasta ocho millones, con un plazo de hasta ocho años y un tipo nominal del 9,75%. La, competencia lanzó rápidamente: su respuesta con condiciones similares. Argentaria con Credi Millonario, que ofrece un tipo nominal, del 8,95% y una tasa anual equivalente (TAE), es decir, nominal más gastos y comisiones, del 9,95%. Banesto, con el Extra Financiación a Medida con una TAE desde el 9,50%, ocho años y más de cinco millones. El Santander ofrece un crédito al consumo con una TAE, del 9,34% con un plazo de hasta ocho años y de hasta cinco millones. El BCH lo lanzó al 9,75% de TAE sin productos específicos y el Sabadell lo rebaja hasta el 9,5%, mientras que el Popular mantiene su oferta "a la medida".

De forma paralela al descenso en los créditos, bancos y cajas han rebajado la retribución de los depósitos de clientes, en la que hace unos años abrieron la primera gran batalla bancaria. Pero la continua bajada de tipos oficiales ha hecho que la banca se haya visto obligada, a bajar la remuneración de forma paralela al recorte de sus préstamos al consumo e hipotecarios. Durante 1996, los bancos bajaron la retribución de depósitos a un año en 3,06 puntos hasta el 4,50% y las cuentas corrientes 1,60 puntos hasta 3,37%. Las cajas pasaron los depósitos 2,73 puntos hasta el 4,9% y las cuentas corrientes 1, 12 puntos hasta 3,4 1 %, según el Banco de España. En 1990 y 1991 las cuentas corrientes llegaron a retribuirse entre el 9% y el 11%. Fue la guerra del pasivo desatada por el Santander y que provocó un gran perjuicio a las cuentas de resultados.