Conmoción y protesta en Portugal por la muerte de una mujer en un aborto clandestino
Portugal se ha cobrado su primera víctima mortal por un aborto clandestino desde que, hace menos de un mes, el Parlamento rechazara la ampliación de la ley para la interrupción del embarazo con el apoyo de algunos diputados socialistas. Liseta María Sousa Moreira, de 37 años de edad y madre de tres hijos, murió el pasado fin de semana en el Hospital Sao Joao, de Oporto, donde ingresó en estado muy grave tras haber intentado abortar clandestinamente. El jefe del servicio de Obstetricia del citado hospital, Belmiro Patrício, ha confirmado que Liseta María, embarazada de 14 semanas, ingresó en el centro con una gravísima septicemia (infección generalizada) producida por la utilización de sustancias cáusticas para intentar provocar la expulsión del feto. Patrício reconoció que "estas técnicas primitivas de aborto clandestino eran frecuentes justifites hace unos años y se justificaban por factores sociales y económicos".Esta muerte ha causado una profunda comnoción y una nueva oleada de protestas entre los colectivos de mujeres que han denunciado, una vez más, la insuficiencia de la actual ley del aborto. Pero las sorpresa no acaba ahí. El director del hospital, Fleming Torrinha, ha explicado que denunciará el caso para perseguir a los posibles autores de esa intervención. El Partido Comunista y las Juventudes Socialistas han anunciado que no desistirán de sus intenciones y presentarán un nuevo proyecto de ley que actualice una situación "hipócrita". Estudios oficiales estiman que alrededor de 16.000 mujeres portuguesas abortan cada año de forma clandestina.
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