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CANCIÓN

Dulce Pontes abre caminos al fado

Dulce Pontes hace honor a su nombre y representa la dulzura de la canción portuguesa. El caramelo de su voz continúa esta noche en el Monumental el recorrido por el fado que inició ayer en el Círculo Carlos do Carmo. Su manera de aproximarse a la música popular de su país refleja la mezcla multicultural de ese Portugal abierto al Atlántico, que se apoya en su pasado colonial africano y se acerca tanto a Brasil como al Mediterráneo. El timbre de la voz de esta renovadora del fado es único.

Dulce Pontes es de Montijo, una villa próxima a Lisboa; pero, con bastantes menos años que el maestro Do Carmo, es más conocida en España gracias a las frecuentes visitas que ha realizado a Madrid y a sus colaboraciones en los discos La hermandad de las estrellas, del gaitero gallego Carlos Núñez, o Diario de a bordo, del cantautor extremeño Luis Pastor, entre otros.Dulce Pontes es algo más que una simple fadista. A sus 27 años, no es sólo ese canto doliente, triste, romántico y melancólico el que centra su propuesta artística, sino que ha participado en diversos y variados proyectos musicales. Lusitana se llamó su primer disco, donde estaba Lusitana Paixao, la canción con la que representó a Portugal en el festival de Eurovisión de 1991 y que sigue incluyendo en sus recitales. Fue con el siguiente álbum, Lágrimas, con el que se dio a conocer más allá de sus propias fronteras. Amalia Rodrigues y José Afonso, Zeca, figuras determinantes de la canción popular portuguesa, eran recreados con emoción en ese Lágrimas, pero Dulce les dotó de una nueva sonoridad y por ello se granjeó el calificativo de renovadora.

Dulce Pontes viene hoy con Caminhos, su reciente disco, en el que, por encima de las sonoridades imprevistas, quedan la magia y la emoción de su voz.

Dulce Pontes, a las 21.00. Teatro Monumental (Atocha, 65; metro Antón Martín). De 3.200 a 3.500 pesetas.

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