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De tal amo, tal perro

Un concurso obliga a 120 animales a exhibir sus encantos y a disfrazarse a imagen y semejanza de sus duenos

Paz Álvarez

Tula es una perra de raza pointer hispanier y tan presumida como su joven dueña, Silvia Martínez (ambas en la fotografia). Las dos participaron ayer en el concurso de máscotas 101 dálmatas, dentro del apartado titulado El animal que más se parece a su dueño.

Y a imagen y semejanza la una de la otra, iban disfrazadas con el mismo atuendo: pulseras en las manos, lazos en el pelo, gafas de sol y hasta unos graciosos lunares en tonos rosas que daban color al animal ya la dueña. "Somos clavaditas, en lo físico y en lo cariñosas que somos. Creo que los perros acaban pareciéndose siempre a sus dueños", decía Silvia, que se llevó el tercer premio del concurso.

También Dafne Lavilla, una niña de ocho años y enormes coletas rubias, guarda un cierto. parecido con su perra, una cocker spaniel color canela, de 11 años y orejas hasta el suelo. Esta curiosa coincidencia les valió ayer el primer premio, un viaje a Eurodisney, del certamen. Convencida, lo explicaba: "Tenemos las mismas coletas. Bueno, ella tiene las orejas muy grandes y mi madre me ha puesto a mi las coletas para que parezcamos iguales". "Ah, y las dos son muy cariñosas", terciaba la madre de Dafne.

Otro participante, Francisco Javier González, insistía en la similitud con su perro, un pastor belga, de pelo corto negro llamado Book (Libro). "Los dos vamos vestidos de oscuro, tenemos la misma nariz afilada y somos de carácter bastante nervioso", resumía este concursante.

A la explanada del Palacio de Congresos se acercaron 120 concursantes para participar con sus mascotas en este curioso certamen, que no trataba de medir el pedigrí ni la pureza de la raza del animal. Se trataba de elegir, entre otros, al animal más simpático. Y éste fue un gracioso y hermoso hurón que se alzó con el premio y los aplausos del público.

En el apartado, animal que se parezca más a un dálmata sin serlo, hubo de todo: desde una bellísima serpiente pitón albina, con lunares oscuros; a un guacamayo, una iguana, una tortuga moteada, hasta 101 insectos de palo. Pero el viaje a París se lo llevó un mimoso conejo de color blanco y falsos lunares.

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También se premió el mejor pelaje. Esta prueba, una de las mas competitivas por aquello de que el brillo, el corte y la calidad del pelo son joyas de lo más preciadas de un animal, la ganó una perra chau chau, llamada Cheyenne. La opinión de su dueña, María Dolores Lucas, por supuesto, coincidía con la del jurado: "Tiene un pelo precioso, brillante, con fuerza. Hay que cepillarla bien todos los días. Es la mejor".

No opinaba así la propietaria de un colly bautizado con el nombre de Wagner, Carmen Ortiz: "El mío tiene mejor pelo que el que ha ganado. No sé si es pasión de madre, pero merecía ganar". Todos aseguraban lo mismo.

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Sobre la firma

Paz Álvarez
Periodista especializada en gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, tiene un programa de desarrollo directivo por el IESE. En 1993 comenzó a escribir en la sección de Madrid y, en 1997, se incorporó al diario CincoDías, donde creó la sección de Directivos y ha sido jefa de la sección de Fortuna hasta 2022.

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