Atasco cerebral
Atasco. Sin duda no será éste un partido que guardaremos en la memoria, salvo por algunas circunstancias especiales. Fue un fiel reflejo de la situación que atraviesan ambos equipos. El atasco cerebral generalizado no dejó el más leve resquicio para el virtuosismo y es que la imaginación está reñida con la intranquilidad.Los ánimos tocados. No cabe duda de que cualquier momento es malo para recibir un gol. El Sevilla encajó tres en los momentos llamados psicológicos. Tras haber neutralizado la ventaja del Valencia con un inesperado gol se fue al descanso con los ánimos otra vez tocados y a Sevilla con el tercero mucho más.
Incomprensible. Al contrario de lo que se podía prever, el Valencia no encontró la tranquilidad tras el tempranero gol de Gálvez. De manera incomprensible el Sevilla regaló, debido a sus propios errores, los tres puntos que tanto necesitaba. Mejoró mucho en la segunda mitad, pero no lo suficiente.
Ortega. El enrarecido ambiente de Mestalla se apaciguó con la llegada de Ortega. Su presencia estuvo en todo momento acompañada de Velasco. Aunque su influencia en el juego fue escasa se aprecian muy buenas intenciones pero tampoco es conveniente esperar demasiado. Buen debú con dos goles.
Zubizarreta. Aunque ayer no tuvo trascendencia en el resultado los errores de los guardametas parecen más que los de cualquier otro jugador, sin embargo hasta el más acertado le dará al contrario un montón de balones durante un partido. Afortunadamente su segundo fallo no le costó el tercer gol. Esto le pasa hasta a Zubizarreta.
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