De nuevo, el modelo bávaro

Lo que Jordi Pujol dibujó ayer como designio de alguien a quien se niega a poner nombre es un esquema ya ensayado en el pasado: el modelo bávaro. Como tal se entiende la relación que vincula a la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU) con la Unión Cristiano Demócrata de Alemania (CDU), el partido de Helmut Kohl.Estos dos partidos tienen un pacto en virtud del cual la CDU no se presenta a las elecciones en Baviera y deja la representación de su espacio político-deológico a la CSU. Tras las elecciones, los diputados de la CSU forman grupo parlamentario único con los de la CDU. Y los bávaros se integran en el Gobierno de Alemania junto a la CSU.

Una situación así se da en Navarra, donde el PP se ha fusionado con el partido de la derecha foralista Unión del Pueblo Navarro (UPN) y concurre a las elecciones bajo las siglas de este último.

Este modelo fue ensayado en 1979 por Adolfo Suárez con el democristiano Anton Cañellas, con resultados positivos que, sin embargo, no pudieron consolidarse debido a la explosión de UCD. En las elecciones legislativas de 1979 esta fórmula obtuvo el 19% de los votos en Cataluña, mientras CiU obtenía sólo el 16,1%. No obstante, en las autonómicas de 1980, la coalición de centristas y UCD, víctima ya de graves disensiones internas, bajó al 10,5% mientras la de Pujol ascendía al 27,7%.

Unió siempre ha querido reequilibrar a su favor la relación con Convergència y hay sectores que desean devolver CDC a su antigua dimensión electoral.