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Mayor y Atutxa niegan descoordinación policial y califican de "accidente" el tiroteo en Bilbao

"Cuando hay un fenómeno como el del terrorismo, también se producen inevitablemente circunstancias como éstas". Con estas palabras del ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, suscritas por el consejero de Interior vasco, Juan María Atutxa, se pretendió justificar el "accidente lamentable" de la madrugada de ayer, cuando una dotación camuflada de la Guardia Civil y otra de la Ertzaintza se enfrentaron a tiros en el barrio bilbaíno de Deusto, lo que Atutxa atribuyó al "celo profesional" de los agentes. Los dos aseguraron que no existe descoordinación entre ambas fuerzas. Hora y media antes del tiroteo había hecho explosión un coche bomba preparado para atentar contra una patrulla del instituto armado.

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Incomunicación entre fuerzas de seguridad

Ni descoordinación policial, ni falta de eficacia, sólo un "incidente puntual". Según Mayor Oreja y Atutxa, que comparecieron ayer ante los medios de comunicación para dar sensación de unidad y trabajo coordinado, el tiroteo ocurrido en Deusto hay que atribuirlo al celo profesional y a la gran movilización de fuerzas policiales tras la explosión, hora y media antes, de un coche bomba de ETA dirigido a una patrulla de la Guardia Civil en Uribarri."Dos dotaciones distintas, de dos instituciones policiales distintas, actuando en su responsabilidad, en su profesión, se encuentran, recelan (...) y es el celo profesional el que desemboca, en definitiva, en un accidente o hecho poco deseable", apuntó Atutxa. Con todo, el consejero admitió que "existen sistemas para saber si un coche es camuflado o no". El ministro, mientras, apostilló que "lo primero que hay que hacer es esclarecer judicialmente cosas como si ha habido comunicación entre los coches y sus mandos".

Ambos responsables de Interior, que visitaron por la mañana a los tres heridos en la refriega internados en los hospitales de Basurto y Cruces, pidieron ayer que nadie

siga el juego a los que van a intentar "rentabilizar" propagandísticamente este incidente y las deficiencias de coordinación entre las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.

Sin embargo, el discurso político homogéneo efectuado por Atutxa y Mayor Oreja no estuvo acompañado de una versión pormenorizada de los hechos al estar siendo investigados por la juez que estaba de guardia en la madrugada de ayer en Bilbao.

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El incidente se inició cuando un coche camuflado del Servicio de Información de la Guardia Civil comenzó a perseguir, al filo de la medianoche, a otro vehículo camuflado de la Unidad de Investigación de la Ertzairitza de Bilbao que circulaba por el Casco Viejo. Los miembros del instituto armado, en situación de alerta por la explosión que había tenido lugar a las 22.30 en el barrio bilbaíno de Uribarri de un coche bomba, sospecharon del vehículo e iniciaron la persecución.

Todos de paisano

Los integrantes de ambas patrullas, todos de paisano, desconocían la condición de policía de quienes viajaban en el otro vehículo. El coche del instituto armado no puso en funcionamiento la luz destellante azul que habitualmente utilizan los vehículos camuflados en sus persecuciones.

Tras atravesar el puente de Deusto, el coche de la Guardia Civil obligó, con una maniobra, al vehículo de los ertzainas a detenerse cerca de la Universidad de Deusto.

En ese momento, los agentes abandonaron los vehículos y sin que, al parecer, se produjera identificación alguna, comenzaron a intercambiarse disparos.

En un primer momento cayó herido uno de los policías, y luego comenzó una persecución a pie, de unos quinientos metros, con intercambio de disparos, en la que resultaron alcanzados otros dos policías. Las armas reglamentarias de los agentes dispararon 48 balas.

El herido más grave es el guardia civil V. M. M., de 27 años, ingresado en el hospital de Cruces, donde fue intervenido de las múltiples heridas producidas por el impacto de seis proyectiles. También está grave el ertzaina Ignacio Calvo, que presenta una herida de bala en la región intercostal izquierda, que le ha afectado a un riñón y al estómago. El tercer herido, el guardia civil Juan Francisco Rubio, de 22 años, tiene una herida de bala en el muslo izquierdo y su pronóstico es reservado.

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