La presión política belga no logra evitar que Renault cierre planta de Vilvoorde

El director general de Renault., Louis Schweitzer, confirmó ayer en Bruselas el cierre definitivo de la factoría del grupo francés en Vilvoorde, en Flandes(norte de Bélgica). Schweitzer acudió a Bruselas para entrevistarse con el presidente de la región flamenca, Luc van den Brande, quien trató de paralizar la decisión. La dirección de FASA-Renault insiste en que el cierre de la fábrica belga, que supone la destrucción de 3.142 empleos, beneficiará a la filial española.

El patrón de Renault declaró que había explicado a sus interlocutores los motivos del cierre, rechazó haber conculcado la legislación y se ratificó en que la mejor solución "continúa siendo el cierre". Van den Brande hizo saber al directivo francés que su decisión "era inaceptable e ilegal" y le pidió que iniciara de "inmediato una negociación con los sindicatos".

En la polémica ha intervenido el comisario europeo de Asuntos Sociales, Padraig Flynn, quien ha anunciado que, el Ejecutivo comunitario verificará si Renault ha respetado las directivas europeas sobre despidos colectivos.

La fábrica de Vilvoorde producía los modelos de automóviles Clio y Megane, que se trasladarán en gran parte a España. "FASA. Renault", dicen sus responsables, "abrió los ojos en 1988". En ese año, a pesar de ser el líder de ventas en España, la multinacional tomó medidas que. supusieron un desembolso de 50.000 millones de pesetas y 6.400 puestos de trabajo menos, informa Francisco Forjas.

Sin embargo, desde el pasado mes de julio, FASA Renault aplica en las factorías dé Valladolid, Palencia y Sevilla un nuevo plan con vigencia hasta el 2000 que contempla flexibilidad laboral, reducción de pluses a los empleados, un tercer turno que entrará en vigor a partir de abril de 1998 y un expediente de regulación hasta esa fecha. FASA Renault, que ha perdido un 6% de cuota en el mercado nacional de turismos en cinco años, prevé inversiones de 140.000 millones de pesetas para completar el plan.